Lo más bonito de la vida

Había una vez una niña llamada Sini, que nació en La Habana, Cuba. Ella era muy alegre, cariñosa y amable con todas las personas. Sini vivió en varios países, ya que, por razones de trabajo, transferían muy a menudo a su papá. Junto a ellos también viajaban su madre y su hermano.

Su madre Ury era muy alegre y agradecida por la familia que la vida le había dado. Ronald era su hermano menor. Sini le preguntaba siempre: – ¿por qué tienes que ser tan grosero y amargado? –. Él solía pelear con cualquiera que se le cruzara por el frente. No obstante, Sini trataba de animar a todos a su alrededor con su alegría.

Con el pasar de los años, Sini se graduó en la universidad como Administradora de Empresas. Con el ejemplo de su madre y hermana, Ronald maduró y cambio de actitud. Él también se graduó en la universidad, pero de Ingeniero Agrónomo.

Sini abrió una empresa de eventos nacionales e internacionales, dedicada especialmente a las bodas. Desde que era pequeña, a ella le gustaba este tipo de celebraciones.

Luego de tener ya varios años con su empresa de festejos, Sini conoció a un Ingeniero Civil de su misma edad; su nombre era Saúl. Ellos empezaron a salir y a conocerse. Después de interactuar durante un tiempo, se dieron cuenta de que tenían muchas cosas en común, sobre todo que les gustaba ir de viajes. Se hicieron novios.

Saúl invitó a Sini a Italia para conocer a sus padres y sus tradiciones. Al ver la ciudad de Venecia, Sini dijo: – ¡qué lugar tan hermoso! –. Saúl le respondió: – ¡sí, fue aquí donde yo crecí un tiempo! –.

Los padres de Saúl estaban emocionados porque ya sabían la propuesta que él le iba a hacer a Sini. Después de unos días, llegó el gran momento de Saúl. Ese día la invitó a un restaurante llamado Ristorante Pizzeria Marlin, al cual se llegaba en góndola.

A las seis de la tarde, viendo el atardecer, Saúl le pidió a Sini que fuera su esposa. Sini le dijo que ¡Sí!

Luego de tres años de casados, tuvieron dos hijos llamados Ruggiero y Ericka. Con ellos, Sini descubrió más cosas bonitas de la vida.

Fin