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  • Angeline Zambrano - 7mo grado

LA VARITA ENTERRADA EN LA ARENA


La varita enterrada en la arena - Lecturas Ferrini Panamá

Todo comenzó un día en el que una niña llamada Esperanza se fue de viaje con su familia a la playa; cuando llegaron, la playa se veía solitaria. Aprovechando esa situación, Esperanza le pide permiso a su madre para poder ir a jugar en la arena. Después de un rato escavando, Esperanza se encontró una varita, la cual tomó y limpió con agua de mar. Una vez lista, empezó a jugar con ella.


Al no pasar nada, Esperanza se aburrió y, a escondida de sus familiares, la guardó en su bolso de playa. Cuando llegó a su casa, sacó la varita e intentó realizar algún hechizo; después de horas intentando, ¡logró hacer que apareciera un perrito! ¡Esperanza se sorprendió mucho!


– ¿Quién eres? –, dijo Esperanza en medio de la conmoción.


– Hola, soy Lord –, le responde el perro.


Impactada, Esperanza pregunta: – ¿Puedes hablar? –


– Si no hablara, no te estaría respondiendo –, le contesta.


Después de un rato de estar hablando, Esperanza le pregunta a Lord:


– ¿Cómo es posible que aparecieras de esta varita? –


– Hace 2 años, tal como te pasó a ti, una niña llamada Azul encontró esa varita en la playa y, mientras jugaba con ella, un malvado niño se la quitó y la enterró donde ella no lo pudiera ver. ¡Yo soy ese niño malvado!, pero estoy muy arrepentido de eso –, le cuenta Lord.


– Me sorprende lo que me dices, pero no me has respondido, ¿cómo es posible que salieras de la varita? ¿fue un hechizo lo que te hizo? –, insiste la niña.


– Sí –, contesta Lord.


– Creí que era una niña, no una hechicera –, dice Esperanza.


– Su coraje hizo que se convirtiera en una; luego de su transformación, me hechizó –, aclara el perro.


Al terminar de conversar, Esperanza y Lord comenzaron a investigar sobre una hechicera llamada Azul y, tras muchos esfuerzos, lograron dar con ella. Ya eran las 10:35 p. m., pero no les importó y, a esa hora, partieron al encuentro de la hechicera. En su travesía se toparon con osos, serpientes, manglares, arañas, entre otros peligros, pero todo lo pudieron superar.


Luego de horas de trayecto, llegaron al bosque encantado, el hogar de Azul. Solo les faltaba dar con el lugar en donde se refugiaba. Tras mucho caminar, lo encontraron; era un castillo hecho de elementos del bosque. Al entrar, se dieron cuenta de que Azul estaba dormida y no quisieron interrumpir su sueño, así que, junto con la varita, decidieron dejarle una carta en donde Lord expresó lo mucho que lamentaba su conducta pasada. Al día siguiente, Azul despertó y, después de leerla, perdonó a Lord.


En ese mismo instante, pero en la casa de Esperanza, Lord volvió a ser un niño. Después de haber perdonado, Azul dejo de ser una hechicera y todos pudieron continuar felices sus vidas.

FIN

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