La historia de Eira y el explorador Uriel
Había una vez un explorador que se llamaba Uriel. Este tenía una misión en la selva junto a una joven llamada Eira, la cual era su amor platónico.
Al llegar a la selva, el joven se encontró con un cachorro de león muy dócil y juguetón, que estaba abandonado. Enseguida le agarró cariño; sin dudarlo, lo tomó, buscó a Eira y se lo regaló. Emocionada con el presente, ella le dijo: - pídeme lo que quieras -; entonces, él le propuso matrimonio. Eira también estaba enamorada en secreto de Uriel, así que aceptó sin titubear.
Luego de casarse, partieron juntos a otra misión, pero esta vez en la jungla del sur. Allí se encontraron con un tucán que hablaba. Uriel se le acercó y le preguntó: – ¿Cómo te llamas? –
El tucán le respondió: – George. No tengo casa, ¿me puedes adoptar? –Uriel le preguntó a su esposa si se lo podían llevar a su hogar; a Eira le encantó la idea.
Junto a su nueva mascota domesticada, Uriel y Eira fueron felices para siempre.
Fin