MI PASIÓN
Apenas tenía dos años cuando fui a mis primeras carreras de autos con mi papá. Era muy pequeño, pero lo recuerdo claramente. En Rio Hato, donde hace muchos años se realizaban las carreras de aceleración, habían muchísimos carros y me tomé muchas fotos que aún conservo como recuerdo.
Mi mamá siempre me contaba que mi abuelo Luis tenía su propio taller y, desde muy pequeño, mi papa lo ayudaba hasta con las grúas. Él creció viendo a mi abuelo trabajar duro y sin parar por lo que tanto le gustaba.
Mi papa creció y llegó a administrar el taller de mi abuelo y fue ahí cuando aprendió mucho. Él trabajó en varios talleres y conoció a muchas personas de ese mundo; siempre me llevaba y yo prestaba atención porque me gustaba; hasta llegó a tener su propio taller, donde disfruto mucho ver a mi papá hacer las cosas con tanta pasión, además, comparto con él y sus amigos temas relacionados con diversos vehículos. Ya no solo es el mundo de los carros, también tiene muchos amigos que poseen motos; ahora me encantan las motos.
Con mi papa aprendí a hacer cambio de aceite al carro, a poner amortiguadores, a cambiar una batería y, además, todo sobre las motos: sé cambiarle aceite y la cadena, quitarle el disco de frenos y desengrasarlos, entre otras cosas.
Al final de la jornada, siempre quedaba como todo un mecánico, ¡lleno de grasa!, y mi mamá furiosa.
Aunque soy muy pequeño, sé conducir ambos tipos de vehículo. Mi abuelo Luis me enseñó a manejar carros y mi papa moto.
Siempre voy a las carreras con mi papa y sus amigos, ya que él es el mecánico del Misil de Colón, Nando Lee, primer lugar de la categoría 1000 C.C.
Mis padres viven la pasión por los autos y yo también la llevo en la sangre, tanto es así que, cuando hay carreras, madrugo con mucha emoción para ir al C.I.P., Circuito Internacional Panamá, con mi papa.
Una de mis mejores experiencias fue correr, junto a él y parte de sus amigos, su moto, una Yamaha R6. Fuimos desde Villa Lucre hasta Loma Campana. Yo tenía mi propio casco por mi seguridad. Cuando sea grande, me encantaría tener una.
Correr es uno de mis ideales, pero no solo eso, también me apasionan los aviones y quiero ser piloto. He vivido la experiencia de viajar a Colombia en varias ocasiones; eso es hermoso y me encanta. La aviación es una pasión que comparto también con mi mami, ella siempre ha soñado con ser azafata y tiene muchos amigos que son pilotos y siempre me explica que debo saber inglés por las comunicaciones del piloto con otros países.
Soy bastante extremo y sé que cumpliré todos mis sueños.
Fin.