EL ÁRBOL DE SAVIA
Érase una vez, en un campo verde existía un árbol viejo en el cual vivían varios animales como, por ejemplo: ardillas, pájaros, hormigas entre otros. Un buen día, un grillo saltaba por el campo cuando vio algo extraño en el árbol: en una de las ramas de este había savia.
Probó la savia y se dio cuenta de que era dulce y, después, le contó a los otros animales que había savia en el árbol. Primero le dijo a las hormigas, luego estas les refirieron al pájaro carpintero y este a las ardillas, y así hasta que todos los animales del bosque supieron del árbol de savia. Los animales del bosque cuidaban el árbol cada día, sin embargo, los leñadores vieron que en ese árbol habían varios animales, así que ellos pensaron que ese árbol tenía algo especial.
Así que los leñadores le dijeron a los periodistas que varios animales se reunían todos los días para cuidar al árbol, y la noticia llego a toda la ciudad. Un guarda bosques sabía que no era normal que muchos animales estuvieran reunidos en un árbol viejo, por lo que en la noche fue a investigar el árbol y tomó pruebas de lo que tenía y se dio cuenta que tenía savia, pero una hormiga se quedó vigilando y notó que el guardabosque tramaba algo.
Al amaner, el guardabosque le dio las pruebas a un científico para que estudiara de que era esa savia y, cuando le dieron los resultados, anunció que esa savia en realidad no era tal cosa, sino un ámbar y todas las personas quedaron asombradas por la noticia y querían acercarse al árbol para tener ámbar.
Cada día que pasaba, los animales se cansaban más de cuidar el árbol y cada vez el árbol producía menos savia, así que entonces empezaron a pelear por la savia.
Los pájaros se dieron cuenta de que la situación se estaba empeorando, y la hormiga, que estuvo aquella noche espiando, tuvo que ir a otro campo porque ningún animal le creía, así que fue a un panal de abejas y contó su problema y también les dijo que un guardabosque estaba investigando algo del árbol. Entonces, todas las abejas fueron por más abejas y estas les contaron a los animales de los otros campos que un árbol estaba en peligro.
Luego, todos le dijeron al zorrillo que necesitaban ayuda, así que se fueron con él al árbol y, cuando llegaron, era demasiado tarde, todas las personas y los animales estaban peleando por el ámbar, así que entonces los animales contaron hasta tres para liberar las toxinas del zorrillo. A las tres, todos los animales que no estaban peleando huyeron rápidamente para evitar el olor fétido del zorrillo y, cuando este lo liberó, fue tan penetrante que se sintió a casi 12 metros.
… Y así todas las personas y animales que querían al árbol aprendieron a respetar los recursos y todos vivieron felices para siempre.
Fin