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Lisel Sarabia – 8vo Grado

ANA Y EL LIBRO MÁGICO

Ana y el Libro Mágico - Lecturas Ferrini Panamá

Era un día muy soleado en la ciudad de Panamá y Ana estaba en su escuela a segundos de salir para regresar a casa, cuando recordó que faltaba un día para su cumpleaños. A ella le gustaba mucho leer y quería un libro nuevo para su colección, así que decidió que, al llegar a su hogar, le preguntaría a su mamá si se lo podría regalar.


Pasaron las horas y Ana ya estaba en casa, se cambió el uniforme, comió y se puso a hacer sus tareas; al terminar, comenzó a ver televisión, mientras su mamá llegaba. Rato después y luego de esperar a que su madre se relajase, la joven decidió preguntarle:


- ¡Oye, mami! –


- Dime Ana –


- ¿Me puedes regalar un libro para mi cumple? –


- Claro Ana, dime cuál es y te lo compro –


- Lo que pasa es que aún no sé cuál quiero… –


- Bueno Ana, si quieres vamos a la librería y ahí ves qué libro quieres –


- Bueno, ¿podemos ir ya? –


- ¿Ya hiciste tus tareas? –


- Sí Mamá –


- Bueno vístete y vamos –


Ana subió a su cuarto y se arregló, bajó corriendo y le avisó a su mamá que ya estaba lista.


Al cabo de un rato, salieron de la casa y fueron directo a la librería. Ana vio muchos libros, pero hubo uno que le llamó mucho la atención; era muy grueso y su portada tenía muchos colores. No decía de que trataba, pero aun así Ana intrigada decidió comprarlo. Una vez en casa, Ana subió corriendo a su cuarto, se quitó las zapatillas y se sentó en su cama; cuando iba a abrirlo, su madre entró y le quitó el libro.


- ¡Mamá!, ¿por qué me lo quitas? -, preguntó consternada Ana.


- Lo vas a leer el día de tu cumpleaños –, contestó la madre.


- ¡Mamá! -, replicó la joven.


Después de un buen rato en el que Ana estaba intentando convencer a su mamá para que le diera el libro, su madre accedió.


Ana se volvió a sentar en su cama ya decidida a abrir el libro y, cuando lo hizo, este empezó a brillar y a echar chispas. Ana se asustó tanto que tiró el libro y se escondió bajo las sabanas. Después de un tiempo, decidió salir, volvió a agarrar el libro y lo abrió, solo que esta vez no brillo ni tampoco salieron chispas de él.


La joven pasó las páginas; cada vez que pasaba una, el libro tiraba chispas; después de cuatro páginas, la historia comenzó. En una parte del cuento había una hoja extraña que decía lo siguiente:


Pide un deseo y se cumplirá, pero ten cuidado con lo que pides. Para poder obtener lo que quieres tienes que pedir tu deseo en voz alta y repetir: Al decir esto en voz alta estoy consciente y soy responsable de lo que pueda pasar, a continuación mi deseo pediré…


La joven estaba confundida. Para probar si lo que el libro decía era cierto, Ana decidió pedir un unicornio pequeño, ya que siempre le habían gustado; para esto, se paró de su cama y repitió:


Al decir esto en voz alta estoy consciente y soy responsable de lo que pueda pasar, a continuación mi deseo pediré… Un unicornio pequeño pediré.


Ana se quedó quieta, pero no pasó nada.


- ¡Ash, seguro es porque estoy pidiendo algo que no existe! –, razonó la joven.


Ana pidió un montón de cosas, pero se puso a pensar en esas personas que no tenían nada y quisieran gozar de lo que ella y sus amigas tenían, así que deseó la paz mundial, la cura del cáncer y la cura para otros problemas que eran mortales; además, pidió que las personas que no poseían nada, tuvieran un lugar donde se pudiesen quedar, comida y todo lo necesario para vivir con dignidad. También decidió regresar todo lo que había pedido y quedarse solamente con lo necesario.


Al terminar, ella bajó a contarle todo a su mamá y la llevó a su cuarto; cuando llegaron, Ana no encontraba el libro, su mamá confundida decidió bajar a seguir cocinando. Luego de mucho buscar, Ana halló una nota que decía:

Este libro ya no puede estar en tus manos


Fin


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