La noche de terror
Había una vez un anciano llamado Marcos, que estaba enfermo. La gente lo quería, lo iban a visitar y le dejaban globos. Marcos tenía tres hijos: Rayan, el del medio; Teresa, la menor; y Thomas, el mayor.
Un día, el anciano reúne a sus tres hijos y les dice que quisiera que ellos pasaran un día completo con él. Debido a que cada uno tenía su familia ya formada, decidieron turnarse y quedarse uno cada día.
El primero fue Rayan. En la mañana siguiente, llega Teresa, que no tenía muchas ganas de cuidarlo, y se extraña porque no consigue a su hermano; no obstante, se queda tal como le tocaba. Al otro día, tampoco ella aparece.
Cuando llegó Thomas, se asustó al ver que sus hermanos habían desaparecido durante las noches anteriores, así que decidió buscar una linterna, quedarse y ver qué era lo que estaba pasando.
Se sentó al lado de su padre para cuidarlo y comenzó a escuchar unos ruidos en el armario; pensó ir a revisar qué era, para que no le pasara lo mismo que a sus hermanos. Cuando se levantó y volteó, notó que su papá no estaba. Aunque un poco sin sentido, lo primero que le pasó por la mente fue que su padre era el responsable de los ruidos. Caminó hacia el armario, de donde provenían los sonidos extraños, y abrió la puerta; era Teresa, que se había atascado.
Ambos buscaron por todo el hospital, pero no encontraron a Marcos ni a Rayan. Entrada la noche, apareció Rayan, pero no había ninguna señal del papá.
De pronto, escucharon un ruido fuerte en una de las habitaciones abandonadas; cuando fueron a ver, encontraron a su padre. En ese momento, salió corriendo del cuarto una especie de muñeco, que se detuvo en medio del pasillo; los hermanos empezaron a perseguirlo, pero desapareció.
A partir de ese día, todo transcurrió normal en el hospital y el muñeco no volvió a ser visto.
Fin