EL JUGADOR
- Dante Sugaste - 8vo Grado
- 8 abr 2017
- 4 Min. de lectura

Esta es la historia de Saúl, un jugador de La selección panameña de Futbol, quien está confiado en que este año su equipo podrá clasificar al Mundial del 2018.
Luego de mucho esperar, finalmente llegó el primer día de preparación para el partido inaugural. Después de 4 horas de entrenamiento, el director técnico le dice a Saúl que irá a la banca.
– Oye Saúl, no me gusta decirte esto, pero creo que… –, dice el entrenador.
– ¿Iré a la banca, cierto? Entrenador, ¿por qué nunca me da la oportunidad de demostrar de lo que soy capaz? En mi club siempre juego bien, pero en la selección nunca me da el chance de jugar –, lo ataja Saúl.
– Lo que pasa es que Sair siempre resuelve los partidos, ahora estamos en la hexagonal gracias a él, así que, por ahora, no pienso cambiarlo; además, en los clubes es diferente. Naciste pobre y quedaste huérfano muy pequeño; de verdad que admiro que hayas llegado hasta donde estás, pero de aquí no pasas. Todo Panamá sabe que Sair nos va a llevar al mundial –, dice el entrenador.
Enojado, Saúl se va directo a la banca. En ese momento, pasa Sair:
– ¡Oye!, ¿en serio crees que vayamos al mundial? –, le pregunta Saúl.
– Si estoy yo, claro que sí –, le responde Sair, en tono bajo y sonriendo.
– Pero, ¿tú solo? –, pregunta Saúl.
– ¡Pues Claro!, si yo solo valgo por todo el equipo –, afirma Sair, pero esta vez en un tono un poco más fuerte.
Saúl se exalta y le dice:
– ¡Bueno, eso lo veremos en la cancha! –
– Tienes razón, es en la cancha donde se demuestra el valor de un jugador, pero tú no podrás porque estás en la banca –, responde arrogantemente Sair.
Ahí quedó la conversación. Pasó el tiempo y llegó el día del encuentro inicial. Después del calentamiento principal antes del partido, los jugadores se alinean para empezar.
– ¡Demonios! Ojalá me pusieran a jugar y así el entrenador vería que soy bueno –, se queja en privado Saúl, – pero si no me pone en la plantilla titular es por algo; creo que es porque quiere más de mí; si es así, seguiré entrenando hasta ser el mejor; entrenar sin parar, eso es lo que me tiene aquí y me permitió pasar de la pobreza infinita a la selección mayor. ¡Jamás me Rendiré!, esa es la clave para ser mejor día a día –, reflexiona en el banco Saúl.
Panamá se enfrentaba a Honduras de visita. Después de un gran partido, Panamá gana 1 – 0, con Gol de Sair.
Para el día del siguiente entrenamiento, Sair no se presentó, explicándole a los medios, compañeros y al director que ya tenían la victoria asegurada si él estaba en el campo.
Al escuchar esto, Saúl piensa que, por muy bueno que sea, Sair debería entrenar. – No sé qué le pasa a él, todavía no tenemos asegurado nada –, dice con sorpresa Saúl, pero no le da mucha importancia a la decisión de Sair y empieza a entrenar fuertemente, al creer que sería una buena oportunidad para demostrar lo que valía.
El día del partido contra México, Saúl vuelve a la banca, pero confía en que sus compañeros ganarán, aunque ellos no confíen en él.
– Tal vez ustedes creen que no soy apto, pero algún día lo verán. ¡Vamos chicos, ustedes son la esperanza del país! –, afirma Saúl.
Fue un gran encuentro, ambos equipos dieron el todo por el todo y, al final, quedó 0 – 0.
– ¿No teníamos la victoria asegurada? –, le pregunta el entrenador a Sair.
– ¡Solo déjeme, ok! –, responde Sair.
– ¿Qué pasó allá afuera? –, le pregunta Saúl a Sair.
– ¿Y a ti qué te importa?, nadie te está hablando, ¡huérfano! –, le responde fuertemente Sair.
– ¡No le digas así! –, le reclama el entrenador.
– ¡Soy el capitán y hago lo que quiera! –, responde Sair.
– ¡Eso no es cierto! –, grita Saúl.
Todos en el vestuario se quedan asombrados.
– Por mucho tiempo he intentado ganarme la confianza del técnico, pero, a pesar de todos mis esfuerzos, siempre termino en la banca. ¿Crees que es un partido difícil para ti, Sair?, ¡yo he tenido una vida difícil! Tengo 25 años; 25 años de marginación y constantes burlas; por eso he decidido entrenar duro cada vez que me insultan, porque ese es mi fuerte, entrenar y entrenar hasta el cansancio, por eso te juro que seguiré esforzándome hasta ser titular –, dice Saúl.
Después de un tiempo, los ánimos se calmaron y continuaron los entrenamientos y partidos. Panamá llevaba una buena estadística, cinco victorias y un empate, pero empieza a perder, solo queda el último juego contra Costa Rica, que va invicta.
– Entrenador, ahora veo que hice mal toda mi vida, discúlpeme –, le dice muy apenado Sair al técnico.
– Me alegra que te hayas dado cuenta; estarás afuera del equipo por un tiempo. Hoy jugará Saúl –, responde el entrenador.
Al escuchar la noticia, Saúl sonríe, por fin podrá demostrar todo lo que puede hacer.
Al finalizar el primer tiempo, Panamá perdía 3 – 0; pero, con cuatro goles de Saúl, logra ganar y clasificar al mundial.
Este fue el primero de los juegos de la nueva estrella de Panamá, Saúl.
FIN
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