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  • Néstor I. Martínez F. - 7º Grado

KUNKO Y YUYO, LOS LOROS QUE LOGRARON SER GRANDES AMIGOS


Kunku y Yuyo - Lecturas Ferrini Panamá

Nestor es un niño al que, desde que tiene uso de razón, le gusta el campo, ver a los animales en libertad y disfrutar del olor agradable del aire limpio y puro que se respira en ese lugar.


Una mañana de verano, mientras estaba de visita en Cermeño, Capira, Nestor escuchó a su tía Diana hablando de dos loros que se llamaban Kunko y Yuyo. Esas maravillosas aves eran inseparables; hablaban como si fueran personas.


La tía contaba que el primero en llegar a su casa fue Yuyo, luego Kunko, y que desde muy pequeños se hicieron amigos. Se conocieron en un día lluvioso. El más astuto y travieso, pero algo pequeño, es ¡Yuyo!; mientras que ¡Kunko!, a pesar de ser más grande, es un poco temeroso y receloso de todo aquel que se le acerca.


Enseguida Nestor sintió curiosidad de saber los detalles de aquel día y, sin dudarlo, le preguntó a su tía, quien comenzó a contarle la historia de cómo Yuyo y Kunko se conocieron.


Yuyo había descubierto una mariposa y estaba decidido a atraparla. Se colocó en posición de ataque y, cuando saltó para agarrarla, chocó con Kunko.

– ¡Ay!, ¿Qué haces?, me lastimaste –, dijo Kunko.


– Disculpa, no era mi intención, intentaba capturar una mariposa, pero era muy astuta y se me escapó –, contestó Yuyo.


– Ah, bueno, no hay problema. Me llamo Kunko, ¿tú cómo te llamas? –


– Yuyo, pero ¿desde cuándo vives aquí? Nunca antes te había visto –


De esta manera se inició una larga conversación entre estos dos loros y, desde entonces, son los mejores amigos que se conocen en Cermeño, Capira. Parecen dos inquietos adolescentes en busca de las más divertidas aventuras.


A mediados del verano, Yuyo (astuto) le propuso a Kunko (temeroso) iniciar una aventura en las galeras de pollo de la finca del señor Jorge González; a Yuyo le encantaba asustar a las gallinas.


– Está bien, acepto –, dijo Kunko, – pero con una condición –


– ¿Cuál? –, preguntó Yuyo.


– Después de jugar, nos vamos a la quebrada a darnos un refrescante baño –


– Trato hecho –


Enseguida Yuyo empezó a planear cómo entrarían a las galeras. Tomó una ramita y, sobre la tierra, comenzó a dibujar un mapa para explicarle a Kunko de qué manera trabajarían en equipo, de forma tal de no dejar escapar a ninguna gallina y darles un buen susto.


– Yo soy más pequeño y delgado, voy a entrar cuidadosamente al lugar donde las gallinas duermen. Tú, como eres más grande, te quedarás afuera esperando a que las gallinas salgan. Justo en ese momento, empezamos a corretearlas por toda la granja –, dijo Yuyo.


Kunko estuvo de acuerdo, aunque sentía algo de recelo. De inmediato, pusieron su plan en marcha.


Después de contar hasta tres, tanto Kunko como Yuyo se pusieron en acción. Al cabo de unos segundos, empezaron a salir las gallinas. Mientras tanto, afuera de las galeras se encontraba Kunko, esperando para correr detrás de las pequeñas aves. Al cabo de unos segundos, Kunko y Yuyo se encontraban corriendo de un lado a otro, cuidándose de no dejar escapar a ninguna gallina.


Casi cumplieron su misión, cuando repentinamente los sorprendió el granjero. Jorge, un señor gordo, alto y un poco gruñón, se montó en su tractor y comenzó a corretear a Kunko y a Yuyo por toda la finca. Casi se dan por vencidos, pero, después de tanto correr, encontraron un escondite. Allí estuvieron unos minutos. Cuando se aseguraron de que Jorge se había marchado, salieron.


– Yuyo, siempre tus ideas terminan metiéndonos en problemas. Pasamos un buen susto –, reclamó Kunko.


– Sí, sí, ya lo sé, pero fue divertido, admítelo –


– Tienes razón –


Estos intrépidos amigos dejaron escapar una larga carcajada.


De camino a la quebrada, ya se encontraban planeando la aventura del siguiente día. Kunko y Yuyo disfrutaban al máximo lo que quedaba del verano, su estación preferida del año, y, tal como habían acordado antes de emprender la divertida persecución de las gallinas, se dirigieron hacia la quebrada a darse un divertido y relajante baño.


Kunko y Yuyo fueron los mejores amigos por siempre.


FIN

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