LA VIDA ES UN REGALO
Había una vez un niño que vivía muy feliz y contento con su familia, él era un chico muy estudioso, amable, cariñoso y amoroso.
Un día, como todos, Pablo se fue a la escuela; contento y animado porque su madre lo iría a llevar, se alisto lo más rápido que pudo y subió al carro. Luego de esperar 10 minutos en el tranque vehicular, pudieron llegar al colegio; lo que Pablo no sabía era que iba a ser su último día con su madre.
Pasadas las 12:30 p.m., ansioso porque llegara su madre, Génesis, Pablo se preocupó, ya que no llegaba a buscarlo. A la 1:00 p.m. recibe la lamentable noticia de que su madre había fallecido por causa de un accidente automovilístico; al principio no entendió que era, pero, poco a poco, se dio cuenta de lo sucedido; su padre Juan le decía: – hijo, tu madre descansa en un lugar mejor –. Luego de esto, pasaron aproximadamente 9 años.
En el transcurso de esos años, Pablo cambió su manera de ser; ya no era el típico niño feliz y contento, sino un adolecente grosero, patán, tristón, rabioso y que peleaba por todo y con cualquiera que se metiera en su camino.
Un día como todos, Pablo iba a la escuela, peleaba con todo el mundo, lloraba y luego iba a pasear a su perro Félix, que era el único que lo hacía sentir bien.
Ese día, fue al parque para perros a pasear a Félix, cuando, de pronto, se le acercó una señora de aproximadamente 50 años, quien le dijo: – sabes, los perros sienten también la muerte –, a lo que Pablo responde: – ¿cómo me dijo, señora? –.
– Al igual que tú, Pablo, ellos me sienten –
– Pero, ¿cómo sabe mi nombre y qué me dice? –
– Sí Pablo, mucho gusto, la muerte en persona. ¡Oye! te quiero hacer una pregunta: ¿Por qué te quejas de mí y de todos mis familiares?, ya sabes, mi hermana el amor, mi hermano el tiempo, mis hermanas gemelas los sentimientos y mi hermana mayor la vida –
– Señora, no sé de qué me habla; que tenga un buen día –
– No Pablo, no me ignores; sabes de que te hablo... de los constantes reproches por la muerte de tu madre... –
– Mi madre murió señora, no tengo porque darle explicaciones a usted –
– Mira Pablo, te quejas constantemente de mí, sé que me hechas la culpa por lo de tu madre, pero recuerda, el tiempo y la vida pasan rápido, ¡aprovéchalos! –
Con estas últimas palabras, la señora desapareció entre la multitud. Ese mismo día, apareció una joven junto a dos chicas gemelas: – hola Pablo, somos el amor y los sentimientos, estamos muy triste porque no dejas que entremos en ti –, replica el amor con lágrimas en los ojos, – no permites que entre a tu corazón, el cual veo que está demasiado roto y tus sentimientos están por el piso; no seas así, solo queremos ayudarte –.
Con mucha rabia, Pablo por dentro gritaba: – ¡lárguense y déjenme en paz! –. Luego de esto, desaparecieron.
Muchos días después de esto, aparecieron todos, pero con dos integrantes más, una señora de 30 años y un joven de 21. La primera en hablar es la señora:
– Yo soy la vida, reina de toda la existencia y te pido que me escuches. Sabes, tu madre siempre quiso que fueras una gran persona y tu padre también; era tan buena que te escondió que estaba enferma de asma, la cual, si no es tratada bien, puede ser mortal –
Con lágrimas en los ojos, Pablo respondió gritando: – ¡qué quieren de mí! –, y una voz a lo lejos contestó: – que no pierdas parte importante de mí, el tiempo –.
Luego de esto, todos le dijeron: – no llores, no pierdas tiempo, has que tu vida válgala la pena, porque es un regalo muy preciado que Dios te dio –, y con estas palabras desparecieron.
Desde ese día, Pablo aprendió el sentido de la vida y que esta es un regalo de Dios.
Fin