EL NIÑO QUE QUERÍA SER ARTISTA
Había una vez un niño que se llamaba Esteban; este tenía una personalidad un poco retraída, pero era muy inteligente. Su sueño era ser artista; poseía una hermosa voz, pero había un gran problema: no sabía vestirse, bailar ni animar y, además, no tenía el apoyo de sus padres, ya que estos no le dedicaban el tiempo necesario, por lo que no sabían lo que realmente le gustaba a su hijo y como se sentía como persona.
Esteban tenía la autoestima baja, ya que se consideraba el joven más feo; era víctima de acoso por parte de todos sus compañeros, quienes lo ofendían y le pegaban constantemente. No obstante, el pequeño niño no perdía la esperanza de convertirse en un gran artista. La fe que tenía era tan grande, que esperaba que Dios lo ayudara a cumplir sus sueños.
Se encerraba en su cuarto y ensayaba viendo videos de coreografías y de cantos. También se ponía a escribir canciones y, luego que ya las tenía, le colocaba el ritmo y sus pasos, haciendo que su cuarto fuera el escenario que el soñaba. Su vida mejoró mucho.
Un día, el profesor de música de la escuela pidió un trabajo, el cual consistía en cantar para un concurso y Esteban fue escogido de entre todos los participantes, ya que, gracias a su don, causó una gran impresión al jurado.
El maestro le dijo a Esteban que lo ayudaría a cumplir su sueño. Lo primero que hizo fue donarle una computadora con todos los accesorios necesarios para practicar. Luego, decidió asesorarlo en cuanto a los pasos de baile y a su imagen.
Ya habían pasado dos semanas y Esteban era otra persona, sentía seguridad al hablar; al caminar, todos sus compañeros quedaban sorprendidos; las niñas comenzaron a ver en él a un joven guapo e interesante.
Esteban estuvo asistiendo a eventos y aprendió a animar; se convirtió en el niño más lindo y popular de la escuela de Aurendel; así consiguió hacer muchos amigos.
Sus padres fueron citados por el profesor Manuel, quien los confrontó con unas palabras que les llegaron al corazón. – ¿Cómo era posible que tenían un hermoso hijo, tan inteligente y con dotes de cantante y que no tuvieran tiempo para él? –, les preguntó el maestro.
Luego de esta charla, los padres se reunieron con su hijo y le pidieron perdón, comprometiéndose a compartir más con él y apoyarlo en sus sueños.
Entre todos coordinaron la publicidad necesaria para el primer espectáculo de Esteban.
Finalmente, llegó el día tan esperado por Esteban; él estaba muy nervioso; sin embargo, todo fue un gran éxito. Luego de esto, el joven consiguió una beca para ir a estudiar canto a Estados Unidos.
Fin.