FLORETA, LA FLOR MÁGICA

Érase una vez una flor llamada Floreta. Esta era mágica porque reconfortaba a los niños que estaban triste y los ponía felices; pero había una niña muy mala llamada Roda, que le dijo a la flor: – ¿por qué pones a los niños felices? –, ella quería que todos fueran como ella. Debido a la energía negativa que le trasmitió Roda, la planta se fue marchitando. La niña estaba muy feliz, porque había logrado su propósito.

Un día, Roda estaba muy triste, fue ante la flor mágica y observó que estaba languideciendo. En ese momento, el cielo se oscureció y Roda comenzó a sufrir una transformación: cada segundo era más fea, le salieron arrugas y el cabello se le empezó a caer; los demás niños se convirtieron es sus súbditos y se pusieron como ella, sin embargo, algunos pequeños lograron salvarse. Estos fueron donde la flor mágica para cantarle y decirle palabras bonitas; Floreta se fue abriendo y recobró su hermoso color rosado.

Cuando observaron el cambio que había dado la flor, le pidieron que los ayudara a salvar a sus amigos, inclusive a Roda; Floreta los ayudó.

Entre los niños había uno llamado Wilson, el cual le preguntó a Roda: – ¿por qué eres tan negativa? –; – eres una niña muy linda y sé que en el fondo no eres mala, ni tienes mal corazón –, le comentó.

Conmovida, Roda dijo que pondría de su parte para hacer un cambio en su actitud, para poder tener amistades y no ser una niña mala; – me amargaba ver la amistad que tenían los niños con Floreta y que yo no poseo –, afirmó.

Al final, Roda fue amiga de todos. Se reunían a diario para conversar con la flor mágica; le cantaban y, poco a poco, Floreta fue creciendo. A su alrededor brotaron otras flores de distintos colores.

Al experimentar la armonía que se sentía con todos, Roda le dio valor a la amistad verdadera y les pidió disculpa por la forma en que los había tratado.

Fin.