LOS DOS HERMANOS EXPLORADORES

Érase una vez, un lugar muy lejano llamado Yaralandia, lleno de hermosos paisajes y de aguas cristalinas. Allí vivían dos hermanitos exploradores que, por su afán de descubrimiento, se metían en numerosos aprietos; no obstante, eran muy felices.

En unas de tantas excursiones, ellos se encontraron con una malvada bruja, o por lo menos eso decían en el pueblo, llamada Madan Robaba.

La hermanita más pequeña sintió gran temor, pero su hermanito muy sabiamente le dijo: – no tienes nada que temer; si no la conocemos, ¿cómo sabes si es buena o mala?; no te dejes llevar por lo que dice la gente –.

Con gran valentía, el niño se acercó a la extraña, la saludó y le preguntó: – ¿cómo estas? –; – tengo mucha hambre –, respondió la bruja. Ella era de baja estatura.

El niño compartió sus alimentos. Madan Robaba degustó todo con mucho apetito. Los hermanitos regresaban una y otra vez a llevarle comida. La señora no era tan mala como decían en el pueblo.

La hermanita más pequeña la exhortó a que se diera una ducha en las aguas cristalinas del río. Para su sorpresa, después de aquel baño, se percataron de que era una hermosa niña abandonada. Todos se hicieron grandes amigos y Madan Robaba se convirtió en una exploradora más.

Los tres niños emprendieron cientos de nuevas aventuras.

Fin.