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Joshua E. Araúz H. - 7mo Grado

UN CABALLO SIN RUMBO


Un Caballo sin Rumbo - Lecturas Ferrini Panamá

Había una vez, un caballo llamado Horizonte que pertenecía a Tomas, un anciano que, por su edad, tenía descuidados a los animales de su granja.


Un día, Horizonte estaba comiendo en el granero y su soga se rompió, pero este no se percató. Su dueño se había quedado dormido en el sofá, mientras que en el granero la vaca le dijo que su soga se había roto; él no la escuchó, avanzó un poco y, al percatarse de que estaba libre, corrió y corrió con la soga en el cuello.


En ese momento, Tomas lo escuchó galopar; cuando salió de su casa, Horizonte ya corría por la pradera. El caballo tenía sentimientos encontrados; por un lado, quería irse de allí, y por otro no, por cuanto extrañaría los cuidados del viejo y a sus mejores amigos la vaca, la gallina y el toro.


Horizonte pensaba en eso mientras galopaba por la pradera, entonces decidió devolverse, pero ya estaba perdido entre el pasto; en eso, alzó su cabeza y vio una carretera muy transitada; lógicamente sintió mucho miedo de pasar por ahí, ya que lo podían atropellar, pero recordó que hace unos días él había cruzado esa misma calle con Tomas. Él había mirado para todos los lados y después cruzó con su amo.


Al decidirse a cruzar, todos los autos se pararon; Horizonte estaba muy nervioso y, en lugar de cruzar, siguió de frente. De pronto, un conductor amigo de Tomas reconoció al caballo y lo montó en su camión.


Horizonte no sabía que lo estaban ayudando y con sus dientes mordió la soga que sostenía la puerta del camión hasta romperla; el hombre sintió que el camión se movía mucho, miró por el retrovisor percatándose de que el caballo se había bajado del camión.


Aquel corcel se sentía libre como nunca, corriendo entre el pasto. El hombre trató de perseguirlo por largo rato, pero no pudo. Mientras el animal corría, llamó a Tomas y le dijo que su caballo iba galopando hacia la granja. En ese momento, Horizonte se da cuenta que su lugar está junto a su amo.


Cuando el caballo llegó frente a Tomas, se emocionó tanto que le dio un fuerte abraso y un beso. Nunca más se volvieron a separar.


Fin.

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