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  • Hillary A. Caballero Q. - 6to Grado A

EL NIÑO PERDIDO EN EL BOSQUE


EL niño perdido en el bosque - Lecturas Ferrini Panamá

Érase una vez, una pareja que decidió realizar un paseo de excursión al bosque, como diversión para sus dos hijos en sus vacaciones escolares.


Muy entusiasmados, los padres hicieron todos los preparativos del mismo para que fuera un viaje fenomenal e inolvidable. Llevaron también a su cachorro, al cual llamaban Popy; este era un perrito muy cariñoso y amado por todos ellos.


Una vez en el bosque, desempacaron las tiendas de campaña, implementos y demás. Como era muy temprano en la mañana, aprovecharon las dulces aguas del río para irse a nadar y disfrutar del sol radiante.


El niño llamado Raymond y la niña Cristen estaban muy contentos de pasar tiempo junto a sus padres, ya que anhelaban salir de la rutina diaria escolar.


Raymond era el mayor de los dos y el menos obediente.


Antes de partir, su padre les había dado las reglas a seguir una vez llegados al bosque; una de ellas y la principal era no apartarse de la vista de los adultos.


Popy era muy juguetón. Cerca de donde estaban, el perrito vio pasar una ardilla y la persiguió, para tratar de capturarla. Cuando Raymond se percató, salió corriendo detrás de su mascota; quiso detenerlo, pero no pudo.


Continuó persiguiendo a Popy, llamándolo y corriendo, hasta que lo perdió de vista. En ese momento, se da cuenta de que estaba muy lejos del campamento y que no recordaba como volver.


Su padre, Eduardo, quien estaba asando pollo para la cena, estuvo distraído y su madre se encontraba con Cristen armando la mesa. Es allí cuando Eduardo pide a su esposa Carla que llame a los niños para sentarse a comer; al ver que Raymond no respondía al llamado, empezaron a preocuparse y a buscarlo.


Raymond estaba muy asustado; comenzó a correr y gritar desesperadamente, deseando con todas sus fuerzas que sus padres le pudieran escuchar. Poco a poco, empezó a caer la noche y todo se fue oscureciendo; el pequeño no dejaba de llorar. En ese instante, él recordó las palabras que su madre siempre le repetía:


“Cuando te sientas solo y que no encuentras una salida, ten presente siempre a Dios, ya que nunca nos abandona, siempre está allí cuando lo necesitamos; cuando nuestra fe está por desfallecer, orémosle y encontraremos el camino”.


Y así fue, Raymond con mucho amor y fe empezó a pedirle a Dios que le ayudara a volver a donde estaban sus padres; oró sin parar, cuando a lo lejos escuchó la voz de su padre quien le llamaba; con lágrimas en sus ojos y muy feliz, lo abrazó tan fuerte que no quería soltarlo, le pidió perdón por no haber seguido instrucciones y le prometió que nunca más volvería a desobedecer.


Fin.

Moraleja: Siempre debemos escuchar a nuestros padres, quienes nos brindan protección y los mejores consejos.

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