EL REY Y LA REINA QUE NO TENÍAN UN CASTILLO
Había una vez, un rey y una reina llamados Daniel y Cristina respectivamente; su castillo quedaba en Inglaterra. A ellos les gustaba jugar, bailar y saltar.
Un día, llegaron otros reyes, llamados Nathalie y José Loaiza, que querían sacarlos para poder hacer nuevas actividades en el castillo que no les pertenecía, como una fiesta de espuma con muchas golosinas. Enseguida, el rey Daniel y la reina Cristina se opusieron a todo aquello y echaron a los reyes José y Nathalie.
Después de ser corridos, los reyes Nathalie y José se fueron al castillo del rey Isaac y la reina Cristal y golpearon varias veces la puerta.
El rey Isaac salió y el rey José le preguntó que si podían festejar en su castillo el cumpleaños de la reina Nathalie, quien era su amiga. El rey Isaac aceptó con la condición de que fueran únicamente ellos cuatro. Pese a la advertencia, el rey José invitó a los reyes Cristina, Daniel, Orlando y Emily. Una vez todos en el castillo, José dijo: – ¡Que inicie la fiesta! –.
Poco después, la reina Nathalie escuchó a alguien enojado y salió a ver a qué se debía el escándalo; era el rey Isaac molesto.
Nathalie le preguntó: – ¿qué te ocurre? –.
El rey Isaac contestó: – ¡hay mucha gente aquí! –.
Luego, la reina Cristal salió muy furiosa gritando: – ¡se acabó la fiesta! –.
El rey José preguntó: – ¿por qué? –.
– ¡No cumplieron con el trato! –, respondió en coro la pareja anfitriona.
Los reyes José y Nathalie se fueron muy tristes; no tenían a nadie que les dejase celebrar el cumpleaños en su castillo. Ellos no tenían un castillo propio, por lo que pidieron permiso, pero, a pesar de la clara advertencia, no pensaron que el rey Isaac se molestaría si invitaban a más personas. Por eso es importante siempre preguntar si podemos invitar a alguien antes de hacerlo; el castillo no era de ellos para que se tomaran esas atribuciones.
José y Nathalie se fueron a su casa y celebraron solos; lo único que querían era tener amigos con quien poder compartir ese momento especial. No obstante, se dieron cuenta que podían hacer su fiesta solos y se divirtieron mucho; la cumpleañera estaba muy feliz.
Nuestros amigos los reyes aprendieron también que no siempre tenían que estar con otras personas para poder pasar un momento divertido.
Fin.