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Ana Serracín – 5to Grado B

LA NIÑA IMPOSIBLE


La niña imposible - Lecturas Ferrini Panamá

Érase una vez, en la escuela de magia había una niña llamada Angelina, pero le decían la niña imposible porque siempre era la mejor en todo y nadie la podía alcanzar.


Un día, ella estaba muy cansada y decidió dormir. Justo en ese momento, Angélica soñó con un hada madrina; el sueño duró solo unos cinco minutos.


La niña se despertó en un lugar mágico, el cual era muy difícil de imaginar. El hada la había transportado porque era muy inteligente; Angelina enseguida le dijo: – te lo agradezco mucho –, y la hada madrina le respondió: – de nada –; empezaron una conversación.


– En serio, muchas gracias. ¿Cómo te llamas? –


– Yo me llamo Sofía –


– Yo soy Angelina –


En ese momento, aparecieron sus compañeros Andrés, Pedro, Juan y Valentina. Angelina era muy solitaria y sus compañeros la acosaban mucho, por lo que el que ellos estuvieran allí representaba un caos para ella.


Angelina le había prometido a la hada que se iba a quedar toda la vida en el campo hermoso y ahora no iba a poder, por la presencia de esas personas.


Después de unos días, Angelina se dijo a sí misma: – ¡qué extraño!, mis compañeros no me han molestado –. Su hada madrina le respondió que ellos decidieron irse porque no querían causar más problemas. Consternada, ella les envió una paloma con una carta que decía:


“Queridos amigos, quiero hablar con ustedes; por favor, vengan al campo que yo los invito a comer en mi casa”.


Aprovechó la oportunidad para escribirle a Federico, el niño que siempre la defendía y del cual estaba enamorada, para invitarlo también.


Todos confirmaron la asistencia. Angelina estaba muy feliz; empezó a preparar todo.



Ellos igualmente quisieron ir porque sabían que Angelina no les guardaba rencor. Andrés dijo: – vamos a ir a pedirle perdón por todo lo que le hemos hecho –.


Llegó el día de la cena y sus amigos se presentaron; estos pidieron disculpa y, luego de ser perdonados, se dispusieron a cenar.


En ese momento, Federico tocó la puerta y Angelina se asombró al verlo a través del ojal; Angelina abrió rápidamente, Federico soltó las maletas y ambos se abrazaron; no tardaron en hacerse novios.


Todos vivieron felices para siempre.


Fin.

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