EL TESORO DE LA ISLA

Había una vez dos amigos llamados Kennan y Andrés, a quienes les gustaba mucho ir en busca de tesoros. Su película favorita era “Piratas del Caribe en fin del mundo”.

Una tarde después de la escuela, iban de camino a sus casas cuando Kennan vio algo muy brillante al lado de un árbol y le dijo a Andrés: — mira, ahí en el árbol hay algo alado —.

Andrés le respondió: — parece algo echo de oro; Andrés; acerquémonos —.

— Es un mapa de oro —

— Vamos a buscarlo —

— Pero Andrés, no podemos, está en una isla muy lejos —

— Investiguemos en Internet —

Al día siguiente en la escuela, Kennan le comentó a Andrés durante el recreo: — dicen que en la isla han desaparecido más de mil personas buscando el tesoro. ¿Qué investigaste? —.

— No mucho, pero vamos, mi tío es pesquero y nos puede llevar —, le respondió Andrés.

Tres meses después, en las vacaciones, Kennan y Andrés salieron temprano para encontrarse con el tío.

Llegaron justo a tiempo al puerto y le explicaron todo al tío de Andrés; este les dijo que sí podía llevarlos y les advirtió del peligro.

Llegando a la isla, apareció un tornado que destruyó el barco. Kennan, Andrés y el tío quedaron varados en la isla. Al despertar, recolectaron todo lo que les servía para sobrevivir, después fueron al corazón de la isla y, cuando llegaron, se sorprendieron con la cantidad de dragones que habían. ¡Quedaron sin palabras! Se percataron que en la isla reinaba un volcán y los dragones.

Examinando visualmente el lugar y el mapa, los tres dedujeron que el tesoro se encontraba dentro del volcán. El tío de Andrés se dio cuenta que el volcán estaba por hacer erupción, pero, aun así, emprendieron el camino hacia él.

Cuando estaban cerca del volcán y podían sentir el llamado del oro, vieron un barco, dentro del cual estaba el tesoro; lo tomaron, cuando de repente:”¡boom!”, el volcán ruge, cual bomba que se escucha a kilómetros.

El Volcán explotó y de él empezó a salir cenizas y lava.

En un último acto de valentía, Kennan, Andrés y su tío se acercaron a un dragón y lo montaron, logrando salir volando de la isla con el tesoro. Mientras se alejaban, del volcán comenzaron a salir los huesos de los desaparecidos, al tiempo que se desintegraban los restos del barco donde yacía el tesoro.

Finalmente, llegaron al puerto en el dragón. Este se encariñó con ellos y siguieron siendo amigos.

Viendo el tesoro de joyas, oro y plata, el dragón, Kennan, Andrés y su tío hicieron un pacto para no gastarlo de manera inadecuada, así ayudarían a todos en el pueblo.

A partir de entonces, todos en la región vivieron felices por siempre.

Fin.