EL ÁRBOL MUY SABIO
Había una vez, un hombre muy trabajador llamado Ricardo. Él se desempeñaba talando árboles.
Un día, Ricardo llevó a su hijo, llamado Kike, al trabajo para que aprendiera a talar árboles. Mientras recorría el bosque, el niño se encontró con un árbol que hablaba y se asombró mucho, ya que el árbol le dijo: — te cumpliré uno de estos tres deseos: ser millonario, conquistar el mundo o ser el jefe de una empresa —. El joven no pudo decidir entre uno u otro. Muy emocionado, se fue directo para su casa y le contó todo a su familia.
Al día siguiente, el niño le contó a todos sus compañeros de clase, quienes no lo podían creer. Kike y sus tres amigos, que se llamaban Kevin, Juan y Ernesto, fueron a ver al árbol. Cuando llegaron, este le repitió a Kike que todavía tenía los tres deseos; el niño escogió el tercero.
En ese momento, unos niños malos que los habían seguido empezaron a talar el árbol. El fuerte ruido hizo que Ricardo fuera a ver qué pasaba; este encontró a los niños malos que estaban talando el árbol de los deseos. Kike intentaba defender al árbol. Al ver esto, su padre dejó caer su hacha y corrió a ayudar al niño.
En medio de la conmoción, el árbol llamó a unos duendecillos y los niños malos salieron corriendo del bosque.
En la mañana siguiente, Kike y Juan fueron a cuidar y a echarle agua al árbol. Ernesto les preguntó a los duendecillos que de dónde venían y ellos les dijeron que de un pozo mágico.
Con el permiso de Ricardo, Ernesto, Kike y Juan fueron detrás de los duendecillos y llegaron al pozo.
Uno de los duendes le dijo a Kike que mirara directamente al agua del pozo; en ese instante, ambos viajaron a otra dimensión.
Llegaron al mundo de los duendes; las casas eran de piedras hermosas con incrustaciones de oro. Todos allí vivían en la riqueza y eran elegantes.
El duende no le explicó cómo salir de esa dimensión, por lo que pasaron los días y siguió atrapado allí.
Muy preocupado, su padre se dirigió al portal y logró traerlo de vuelta; Juan y Ernesto se alegraron de ver a su amigo Kike.
Después de esta experiencia, todos fueron más cuidadosos con la naturaleza.
Fin.
Moraleja: Cuidar la naturaleza es muy importante.