LA LEYENDA DEL HERRERO

Hace mucho tiempo, un niño de la edad media soñaba con ser un herrero de armas, ya que en esos tiempos había muchas guerras.

Sus padres veían como el niño se esforzaba hasta lograr sus metas y de recompensa le regalaron un martillo y un yunque pequeño. El niño saltaba de alegría; de inmediato se puso a trabajar en una espada. Pasaron tres días y ya la había terminado.

Su padre era caballero, así que el niño se la prestó. El papá quedó impresionado y la probó en una batalla. Con esa espada venció a multitudes. Tardó cinco horas en regresar, pero, al hacerlo, le contó todo a su hijo.

El niño tenía ganas de explotar de la emoción, pero el pequeño vio una cara de tristeza en el papá, por lo que le preguntó: – ¿qué te pasa padre­? –; quien le respondió: – gané, pero rompí la espada –.

Con una sonrisa en el rostro, su hijo le dijo: – eso lo puedo arreglar –. Trabajó solo dos horas, pero la reparó y la mejoró. El papá se sorprendió tanto que le quiso hacer un regalo, le dio pinzas y un horno para que hiciera armas y armaduras.

Pasaron 16 años, el niño ya era un hombre y trabajaba para el rey. El joven era respetado por todos, incluso se casó con la princesa y tuvieron seis hijos.

Un día, un caballero llegó al reino lastimado y con una advertencia. Este le dijo al rey: – en el bosque hay una criatura del tamaño de un árbol, que destruía todo lo que veía; traté de detenerlo, pero me rasguñó, destruyó la armadura y las armas, y se fue volando –.

El rey le respondió: – esto solo significa algo: ¡volvió el dragón del bosque! –.

Todos tenían miedo, no sabían que hacer y la desesperanza cubrió el reino, pero el rey se acordó de su amigo, el herrero poderoso; entonces, mandó a un guardia a que lo llamara; este fue tan rápido como pudo. El soberano le pidió que hiciera una armadura y una espada ultra resistente.

El herrero se acordó de la espada que le hizo a su padre y se la dio al guardia, diciéndole: –toma esta espada y llévasela al caballero que va a pelear contra la bestia –. El caballero se acobardó y no quiso pelear.

Nadie quería ir a pelear con esa espada y menos en contra de esa bestia. El herrero entró al salón del trono y dijo: – ¡yo lo haré! –. El rey quedó impresionado y le dio la misión.

El herrero fue al bosque y se encontró con la temible bestia, ¡entablaron una épica batalla! El herrero estaba siendo derrotado, pero usó la espada y se la enterró en el cuello al dragón. Así terminó la batalla.

El héroe volvió al reino con éxito y todos festejaron. El herrero se convirtió en una leyenda.

Fin.