LA NIÑA PERDIDA
Había una vez una niña, su nombre era Elena.
En una ocasión, muy entrada la noche, Elena, quien le temía a la oscuridad, iba camino hacia su casa. Al pasar por un bosque, escuchó una voz que le decía: – ¡Ayuda, ayuda! –. Ella muy atentamente siguió la voz y, al llegar al lugar, no había nadie; enseguida salió corriendo muy asustada hasta llegar a su casa.
Al día siguiente, Elena fue al mismo lugar donde escuchó el ruido y entró a la casa de dos niveles que había ahí. En el interior vio mucha sangre y comida tirada en el piso; luego, subió al primer piso y no había nada. En ese momento se propuso investigar lo que había pasado en ese lugar.
Una hora después, ella fue al parque un rato y escuchó su celular; al revisarlo, vvio que era una llamada de un número desconocido y muy extrañada decidió no contestar. Ya cuando iba para su hogar, sintió que alguien la perseguía; corrió muy rápidamente hasta llegar a su casa.
Esa misma noche no podía dormir; estaba tan asustada que le contó a su mamá todo lo que le había pasado, quien le dijo que durmiera con ella.
En la mañana siguiente, ella salió con su mamá. Esta se distrajo por un momento y Elena se quedó atrás y sola. En ese instante, un hombre aprovechó y se la llevó.
La mamá no se dio cuenta y se asustó por todo lo que Elena le había dicho que le estaba pasando.
En medio del forcejeo con su captor, Elena vio su rostro y lo reconoció; era su tío, quien le había hecho mucho daño cuando era pequeña. Como pudo, logró escaparse.
Debido a esto, Elena buscó ayuda con un psicólogo que le permitiera olvidar todas las malas experiencias que había tenido.
Después de varias sesiones, Elena pudo superarlo todo y, a partir de entonces, vivió en paz con la hermosa familia que tenía.
Fin.