LA FAMILIA DE MARÍA
María era una niña de diez años, que tenía dos hermanos llamados Javier, de ocho años, y Arturo, de cuatro.
Todos los días, de camino a la escuela, pasaban por una casa muy grande y bonita donde vivía una señora que se llamaba Yessi, pero le gustaba que la llamasen Mami. Ella era muy amorosa y muy buena con la gente, además, quería mucho a los animales, en especial a su perrito, Floyd Romeo; este era muy lindo y cariñoso. Su dueña le compraba muchos juguetes.
María y sus hermanos se detenían todos los días a jugar con Floyd Romeo, tanto de ida como al regreso de la escuela. A su madre no le gustaban los animales, por eso aprovechaban cada segundo que podían ir a jugar con él; a la final, los niños se encariñaron mucho con Floyd.
Una mañana como todas, los tres pasaron y no vieron a Floyd. Muy asustados le preguntaron a la señora Mami por él y ella les respondió: – a mi Floyd Romeo se lo robaron anoche; estoy muy triste –.
María, Arturo y Javier decidieron no ir a la escuela para poder buscarlo. Caminaron mucho, así que estaban muy cansados y tenían mucha hambre, ya que habían pasado muchas horas.
Empezó a anochecer y los niños no querían regresar a su casa sin haber encontrado al perrito tan querido por todos, cuando, de repente, escucharon en un basurero los ladridos de un perro; este estaba tan asustado que no paraba de ladrar.
Los pequeños se acercaron solo un poco, también estaban asustados por la oscuridad del sitio. En ese momento vieron a un señor muy viejo, sucio y desarreglado que tenía un perro amarrado; el señor lo golpeaba y lo mandaba a callar.
Una patrulla de policía se detuvo frente al señor, dos oficiales se bajaron de ella y le preguntaron al viejito si había visto a tres niños que estaban perdidos. El señor respondió que no. A los policías se les hizo extraño que el perro no paraba de ladrar, así que le preguntaron si era de él; el señor respondió que sí.
En ese momento, los tres niños decidieron salir para que los policías les ayudaran a recuperar a Floyd y así poder regresar a casa, ya que sus padres estaban muy preocupados
Al acercarse a los policías, los niños les explicaron que el perrito no era del señor, sino que este se lo había robado a su querida amiga Mami y que ellos estaban en busca de él, por eso habían desaparecido todo el día. Las autoridades devolvieron al perrito con su dueña y a los niños con sus padres.
Muy temprano en la mañana, los niños despertaron con unos ladridos. Los tres se levantaron y corrieron a ver de dónde venía el sonido y encontraron a un hermoso cachorrito, muy peludo y de color blanco; sus padres decidieron regalárselo para que tuvieran su propia mascota.
Todos estaban muy felices.
Fin.