LA MAGIA OSCURA
Había una vez, tres grandes amigos llamados Dan, Salomón y Malakías, a quienes les gustaba la magia.
Ellos siempre observaban a los magos en la calle y leían libros relacionados con ese tema, pero había un mago muy especial llamado Balak que usaba una magia diferente a la de los otros hechiceros, la cual era magia oscura.
En sus tiempos, Balak siempre llamaba la atención con sus trucos, animaba las fiestas de cumpleaños y hacía espectáculos en los callejones más famosos; también viajaba de pueblo en pueblo, hasta que un día desapareció, dejando muchos espectáculos pendientes; jamás regresó.
Pasaron los años y nadie lo volvió a ver. Durante casi un siglo, la gente pensó que estaba muerto, pero Dan, Salomón y Malakías creían que aún vivía.
Los tres amigos se reunían con todas las personas de su barrio y comenzaron a hablar sobre Balak, intentando convencer a todos para que los ayudaran a encontrarlo. La gente les decía que estaban locos y que perderían el tiempo buscando a alguien que ya no existía; además, empezaron a burlarse.
Dan, Malakías y Salomón se pusieron muy tristes porque nadie los quería ayudar a encontrar al hombre que era su ídolo; sin embargo, Dan se armó de valor y exclamó: – ¡no me importa si no nos ayudan, nosotros hallaremos a Balak!; nuestra amistad nos dará la fuerza que necesitamos”.
En la mañana siguiente, Dan, Malakías y Salomón partieron con la firme convicción de no regresar hasta encontrar a Balak. Viajaron varios kilómetros hasta toparse con el río de las aguas sagradas. Se dieron un baño en él para refrescarse, comieron y continuaron su camino.
Anduvieron día tras día, hasta llegar a unas montañas majestuosas con una gran vista; al cruzarlas, se toparon con el pueblo de Tulok, donde nació Balak; ahí había mucha gente triste por la desaparición de ese mago.
Mientras exploraban el sitio, Salomón encontró a un hombre que les indicó el camino más probable para hallar a Balak. Siguieron caminando durante doce días, pueblo tras pueblo, hasta que Malakías localizó el bosque oscuro.
Este bosque era muy tenebroso y estaba lleno de esa magia oscura. Allí vieron una pequeña choza y, en ella, un hombre harapiento; al detallarlo, concluyeron que era Balak.
Entraron a la casa; ellos estaban sorprendidos y Balak asustado porque esas eran las primeras personas que veía en un siglo. Enseguida, Dan le explicó que ellos querían que él volviera, pero el mago legendario se negó. Balak dejó que se quedaran en su casa.
En la mañana siguiente, Dan, Malakías y Salomón vieron que Balak hacía magia negra. El mago los descubrió y, en vez de molestarse, les explicó cómo se hacía. Pasaron los meses y los tres amigos aprendían cada vez más; siguieron así hasta convertirse en maestros.
Dan volvió a preguntarle a Balak si quería regresar y, esta vez, este sí se molestó, así que los echó de su casa. Los tres maestros tristes volvieron a su pueblo natal y comenzaron a practicar todo lo que les había enseñado su ídolo.
Todos se burlaron de ellos por no haber conseguido que Balak regresara de su retiro, hasta que, un día, el mago legendario apareció en el pueblo, ya que extrañaba a sus nuevos amigos maestros. Después de eso, nadie más los molestó y todos vivieron felices.
Fin.