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EL NIÑO EN EL SUBSUELO


El Niño en el Subsuelo - Lecturas Ferrini Panamá

Había una vez, un niño llamado Roberto. Cuando iba caminando, se le ocurrió la idea de escalar una montaña bastante particular; la peculiaridad de esto radicaba en que la leyenda decía que él que hiciese esto, nuca volvería de la travesía.


Un día, decidió ir a la montaña. Una vez en la cima, estaba explorando cuando, súbitamente, se tropezó con una rama que estaba en el suelo y cayó rodando por un agujero. Al llegar al fondo, el niño vio unas construcciones; de repente, llegó una señora, quien le dijo:


- ¿Qué hace aquí un niño tan joven? -


A lo que el niño le respondió: - me tropecé con una rama y caí por el agujero que está en la cima de la montaña, ¿por qué la pregunta? -.


- No, solo te preguntaba porque hace mucho tiempo que no llegaba una persona por aquí. Bueno, vamos a mi casa a comer algo, ¿tienes hambre? -


- La verdad es que sí, tengo un poco de hambre. Por cierto, una pregunta, ¿cómo se llama? -


- Mi nombre es María, soy la cuidadora de este lugar. ¿Sabes?, la verdad es que me sentía un poco sola antes de que llegaras -


- ¿Me puede contar más cosas sobre usted? -


- Ok. Primeramente, yo antes vivía en la superficie, pero también caí de la montaña; probablemente sea real la leyenda, que “el que escala esa montaña, nunca regresa”. La verdad, yo lo hice porque quería alejarme un poco de la civilización y vincularme más con la naturaleza. No obstante, lo de caerme por aquel agujero fue un accidente -


- ¡Uf!, siento mucho su caída, señora María -


- Pero no hablemos más de cosas tristes, mejor disfrutemos mientras intentamos salir de aquí, ¿ok? -


- Ok -


Una vez en la casa de la señora, la conversación continuó:


- ¿Quieres que cocine un poco de tarta? -


- Si, por favor -


- Ok, solo espera un rato; mientras tanto, puedes ver la televisión -


- ¡Qué atenta señora María!; le estoy muy agradecido por cuidarme mientras estoy aquí -


- No te preocupes, sentí que era mi deber cuidarte desde que te vi -


- Muchas gracias -, dice el niño mientras la abraza.


- De nada, ahora vuelvo, voy a preparar la tarta -


- Ok -


Al día siguiente, intentaron salir de las profundidades de la tierra; en la aventura se encontraron con varias personas, junto con las cuales siguieron su travesía.


- ¡Uf!, llevamos varias horas caminando, mejor será tomar un descanso y comer un poco -, dijo María extenuada.


- Sí, opino lo mismo, la verdad es que tengo mucha hambre y sed -, respondió Roberto.


Después de comer, siguieron su camino y lograron encontrar la salida. Una vez que escaparon de la montaña, todos se separaron y se fueron a sus respectivos hogares.


Fin.

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