PATY Y EL DIABLO
Había una vez, una perrita cuyo nombre era Paty; su amo se llamaba David y la quería mucho.
Paty y su dueño eran como hermanos, todos los días salían, jugaban, entre otras cosas, hasta que, un día, estaban paseando por unas calles tenebrosamente oscuras y entraron en un túnel; allí escucharon unos gruñidos de perros y Paty comenzó a ladrar.
Los perros se lanzaron contra Paty y su amo; asustada, esta salió corriendo. David se dio cuenta que los perros no lo mordían, solo le ladraban; además, se percató de que su perrita se había ido y triste comenzó a correr; por más que buscó, no pudo encontrarla esa noche.
Muy asustada, Paty corría y corría sin mirar atrás, hasta que se cansó y se escondió debajo de una caja húmeda donde vivía un perro llamado Diablo, quien la miró fijamente con sus ojos rojos. Paty se dio cuenta de que, por el miedo, había perdido a su dueño; decidió no temer más y se acostó por lo cansada que estaba.
Diablo se quedó sorprendido observando que la perrita no le temía; él pensaba que ella era la primera que no había corrido luego de mirarlo. Muy interesado, le preguntó: - ¿qué te paso? -; Paty no le respondió. Diablo la detalló y sintió que estaba traumada, así que dejó que descansara.
Al día siguiente, Diablo despertó primero que Paty y le dijo a esta: - ¡despierta… eh, eh, despierta perrita! –
Paty se despertó de un susto y le dijo: - ¿qué me paso? -.
- Viniste corriendo a mi hogar, te tumbaste y dormiste -, le contó Diablo, mientras se sorprendía viendo como Paty seguía sin tenerle miedo.
- ¿Dónde está mi dueño? –
- No sé –
Paty comenzó a buscar a su dueño, David. Diablo decidió ayudarla. Buscaron todo el día y nada, no lo encontraron. Ya entrada la noche, Diablo le preguntó a Paty que por qué se había perdido; esta le contó todo y, al final, este le dijo que su amo estaba muerto. Muy molesta, Paty le ladró y le gritó: - ¡no está muerto! ¡Yo sé que él está vivo! -. Entonces, Diablo le dijo que ok, que en la mañana seguirían buscando.
Al día siguiente, Paty vio su cara en unos afiches que estaban pegados por doquier. Eso le dio esperanza de que su amo estuviera vivo y que la estaba buscando.
Después de explorar por el sitio, Paty logró conseguir el rastro de su amo. Lo siguió y llegó directo a su hogar; Diablo la siguió en todo momento. Al verla, David gritó de felicidad: - ¡Paty! -.
David se encariñó también con Diablo y lo adoptó. Además, le cambió el nombre a Angelito.
Fueron felices para siempre.
Fin.