MI AMIGO LUCKY
Lucky era un cachorro de Husky Siberiano de apenas tres meses de nacido, el cual fue abandonado en la calle por una persona, quien, en lugar de llevarlo a un refugio para animales, prefirió dejarlo a su suerte.
Pasaron los días. Lucky sufría de hambre, frío y las penurias de la vida en la calle, probando apenas bocado, que obtenía de las sobras encontradas en la basura.
Norma era una joven muy entusiasta, amante de los animales, la menor de cuatro hermanas y estudiante de Marina en una de las más prestigiosas universidades de Panamá; quien un día, cuando se encontraba realizando unas diligencias por una de las áreas comerciales ubicadas en el centro de la ciudad, se encontró con Lucky.
A pesar del recelo que sentía Lucky por las personas como consecuencia de su reciente abandono, el perro pudo ver en Norma una persona en la cual confiar y esta, a su vez, quedó prendida del cachorro; de inmediato nació entre ellos una amistad, que más tarde se pondría a prueba.
Norma y Lucky se volvieron inseparables, compartían todos los momentos que les eran posibles, dado el compromiso que mantenía ella con sus estudios. Lucky la despertaba a diario, la acompañaba en sus quehaceres, la esperaba con ansías a la hora acostumbrada por las tardes y, en muchas ocasiones, se le permitía hasta dormir en la cama, más en aquellas noches lluviosas, que le traían malos recuerdos al cachorro de su vida en la calle.
Pese a lo descrito, no todo iba a ser felicidad en la vida de Lucky. Cuando Norma culminó sus estudios, se le presentó de inmediato la oportunidad de pertenecer a la tripulación de un buque de bandera griega, ocupando el cargo de Oficial de Marina, por lo cual tendría que estar fuera del país, por los menos durante dos años.
Lo primero en lo que pensó Norma fue: – ¿Qué hago con Lucky?, aunque ya tiene más de dos años, está tan acostumbrado a mí, que no sé si logrará habituarse a mi ausencia… ¿Con quien dejarlo para que no se sienta abandonado nuevamente? –
Estas interrogantes mantenían preocupada a Norma, hasta que un día, conversando con sus hermanas, una de ellas le dijo: – puedes dejarlo en mi casa, él se lleva bien conmigo y, de repente, con el cariño que le pueden dar mis hijos, puede que soporte un poco mejor tu ausencia –
Llegó el día de partir. Norma, nerviosa por la actitud que tomaría Lucky, le habló explicando lo que estaría por pasar; lo acarició y besó, esperando que este entendiera. Inocente, Lucky la vio partir, esperando su regreso como de costumbre.
Pasaron los días y Lucky, tarde tras tarde, se sentaba en la entrada de la casa, esperando que llegara su dueña para llevarlo de regreso a su hogar y volver a su acostumbrada vida, pero caía la noche y nada; por lo que este, con el paso de los meses, bajó de peso, se volvió un perro triste y, aunque los niños intentaban levantarle el ánimo, no obtenían el resultado esperado.
Al enterarse del estado anímico de Lucky, Norma, a miles de kilómetros de distancia, se sentía la única culpable, pero todo estaba por cambiar, pues una sorpresa le esperaba a ambos, ya que esta había aplicado también para vacantes que se dieran en puestos similares en Panamá.
Un día, Lucky estaba echado en el patio, cuando de repente llego a su olfato un olor conocido, uno que durante dos años se había convertido en su preferido. De pronto, se abrió la puerta y entró Norma. Al principio, su reacción fue quedarse congelado, no podía creer lo que estaba viendo, su dueña legítima frente a él. Norma no podía entender la actitud de su amigo fiel, entonces decidió hablarle y el perro, al escuchar la voz de esta, se volvió loco de alegría; ladraba, aullaba y corría de un lado a otro, hasta que brincó hacia Norma y esta lo atrapó en el aire; no se soltaron por un buen rato.
En ese momento, Norma le dijo: – sé que me has extrañado y que la has pasado mal en mi ausencia, pero quiero que sepas que me han dado un trabajo aquí y nunca más volveremos a separarnos –. Lucky la miró fijamente, como si entendiera todo lo que le habían dicho, y solo se acurrucó en ella, como diciéndole: – gracias –.
Las verdaderas amistades soportan las pruebas que les pone la vida y un ejemplo de ello es la historia de Lucky, quien, después de perder su confianza en las personas, encontró en Norma una verdadera y fiel amiga, que logró darle a este un verdadero hogar.
¡Fin!