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Doris Lange - 6to Grado

EL UNICORNIO PERDIDO


El Unicornio Perdido - Lecturas Ferrini Panamá

Había una vez, un unicornio que estaba buscando flores en el bosque para su reino; allí se tropezó con una rama y se cayó, fracturándose la rodilla. Una niña pasó por el lugar, se lo encontró y decidió ayudarlo.


El unicornio guio a la niña hasta el reino para poder pedir ayuda, entonces la mamá del unicornio lo llevó al hospital para que estuviera bien. La niña se sintió muy mal por el unicornio, pero no le quedó más nada que regresar a su casa.


Al día siguiente, el unicornio se mejoró y regresó al bosque para seguir buscando las flores que necesitaba. La niña pasó por ahí de nuevo y se encontraron una vez más; a partir de entonces se hicieron muy buenos amigos.


El unicornio decidió llevar a la niña a su reino para poder jugar. Una vez en su habitación en aquel lugar mágico, a la niña le dio mucha sed y el unicornio le explicó dónde quedaba la cocina para que esta pudiera ir a buscar agua. La niña estaba maravillada con todo el lujo de aquel extraordinario mundo; tan distraía andaba, que no se fijó y tumbó el jarrón favorito de la mamá del unicornio.


La madre se quedó impactada al ver el jarrón hecho pedazos en el piso y le dijo a la niña que nunca más la quería volver a ver; entonces la mamá le quitó al unicornio sus poderes por no haber acompañado a la niña a la cocina y los escondió.


Al día siguiente, el unicornio fue al bosque pensando que su mamá había escondido los poderes allí. La niña pasó y, sin que este se diera cuenta, le vendó los ojos y lo llevó a un lugar abandonado; la pequeña hizo eso solo para vengarse.


El unicornio no sabía nada y se desvendó los ojos; empezó a gritar por ayuda. La mamá le estaba marcando al celular y este no le respondía; la madre pensó que algo andaba mal y comenzó a rastrearlo, pero no lo encontró.


En eso, la niña pasó riéndose por el reino y la mamá del unicornio le preguntó por él; la pequeña disimuló y le dijo que no sabía nada de lo que le había pasado. Finalmente, al ver la preocupación de la señora, la niña confesó y ambas fueron rápidamente por el unicornio.


Muy avergonzada por lo que había hecho, la niña pidió disculpas y nunca más volvió a aquel lugar.


Fin.

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