LOS 15 MÁS DESEADOS
Había una vez, una chica llamada Valentina que todas las noches solía pensar en su celebración de quince años, ya que no tenían suficiente dinero para hacerla.
Solía preguntarles a sus padres como iba su trabajo, preocupada por el dinero necesario para su fiesta.
Sus padres trabajaban en un mercado de legumbres, vegetales y frutas. Empezaron a trabajar más, a llegar tarde a la casa con tal de conseguir dinero para la celebración de quince años de su hija. Ella ahorraba mucho y pensaba como arreglárselas.
Pasaron los meses y todavía no tenían suficiente. Valentina empezó a llorar desconsoladamente todas las noches a solas, ya que, si sus padres la veían en ese estado, se iban a preocupar mucho más de lo que ya estaban por el tema del dinero.
Transcurrían los meses y las cosas no iban tan bien. Ella quería que sus quince fueran en París. Sus demás familiares empezaron a cooperar con ellos, pero aún no llegaban a su meta, ya que habían recolectado seiscientos dólares y necesitaban dos mil. Valentina empezó a trabajar con sus padres; mientras ellos veían el esfuerzo que daba Valentina al trabajar, se enorgullecían de su hija.
La joven cumplía a finales de diciembre, así que ella necesitaba recolectar los dos mil dólares para enero de ese año, para comprar todo con tiempo.
Valentina empezó a vender pulseras en su colegio, incluso la beca que ganaba la guardaba en un sobre para tener más dinero. Pasaban los días y tenía cada vez más, pero aún faltaba mucho. Valentina empezó a preocuparse.
La adolescente pidió un empleo de medio tiempo en un supermercado cerca de su barrio. Empezó a trabajar después del colegio como empacadora. Valentina ya se estaba acercando a su meta, lo que la animó para echarle más ganas al trabajo.
Justo en esos días, ocurrió una tragedia: el mercado en el que trabajaban los padres de Valentina quebró. Estos empezaron a buscar trabajo, pero lastimosamente no encontraban ninguno.
Valentina comenzó a desesperarse porque ella creía que no iban a llegar a su meta. Unos días después, mientras ellos merodeaban por las calles de la central, un señor les ofreció empleo en una compañía de fragancias, ellos solo tenían que pasar la entrevista y, si tenían lo necesario, estaban dentro.
Afortunadamente pasaron la prueba y consiguieron el empleo. Valentina se emocionó mucho, porque ella sabía que iban a poder llegar a su meta, puesto que el sueldo de sus padres iba a mejorar mucho.
Llegó el día de comprar las cosas y como lo supuso, pudieron adquirir absolutamente todo; Valentina tuvo su fiesta soñada de quince años.
Fin.