SHOY, EL DINOSAURIO

Había una vez un dinosaurio verde llamado Shoy, quien vivía en un mundo de lana muy, muy lejano. Allí todos eran bastante felices y jugaban haciendo payasadas todo el tiempo, hasta que, un día, de un mundo oscuro vino una bruja malvada volando en una escoba y dijo:

— Ja, ja, ja, ja, ja… yo los voy a envenenar a todos en este mundo… ja, ja, ja, ja… y no hay nadie que los pueda salvar —.

Shoy y sus amigos estaban tan, pero tan asustados, que no podían hacer nada y se escondieron detrás de unos estambres de lana. La bruja los encontró y se llevó a todos los amigos de Shoy, menos a él, en una gran bolsa azul.

Mientras la bruja malvada volaba hacia el mundo oscuro, los amigos de Shoy iban dejando caer estambres de lana.

Shoy quería salvar a sus amigos y siguió a la bruja malvada gracias al rastro de estambres que habían dejado sus amigos, ya que tenía una idea de cómo vencer a la bruja malvada.

El dinosaurio vio a lo lejos el castillo de su mundo, pensó y dijo: — no abandonaré a mis amigos, yo le quito la bolsa a la bruja malvada y correré hacia el castillo pasando isla por isla —.

Shoy luchó contra la bruja malvada. No fue una batalla fácil, pero agotado y casi derrotado logró vencerla y quitarle la gran bolsa azul en donde se encontraban sus amigos.

Ya con sus amigos fuera de la gran bolsa azul, corrieron hacia el castillo donde lo esperaba una princesa para agradecerle a Shoy por su valentía.

Todos estaban felices de que Shoy pudiera rescatar a todos sus amigos de la bruja malvada y le organizaron una gran fiesta; ese día declararon a Shoy, el dinosaurio verde, como el héroe del mundo de lana.

En aquel maravilloso lugar todo regresó a la normalidad y volvieron a ser muy, muy felices, y a jugar haciendo payasadas, pero con mucho cuidado por si volvía a aparecer la bruja malvada.

Por eso es importante tener amigos como Shoy, el dinosaurio verde, que nos ayuden cuando tenemos problemas.

Y colorín y colorado, este cuento se ha acabado.

Fin.