LAS AVENTURAS DE BLACKITIN
Érase una vez un pueblo conocido como Bosco Town, en el que vivía un pequeño, inquieto y juguetón perrito llamado Blacky.
Él vivía con sus dueños en una hermosa casa rodeada de mucha vegetación, niños y lugares donde podían disfrutar de sus aventuras juntos. Sus días eran muy divertidos, ya que Juan Miguel pasaba mucho tiempo junto a Blacky; estos eran amigos inseparables.
Durante el día, Blacky cuidada de su casa como un perro normal y esperaba a su fiel compañero de aventuras, Juan Miguel, para salir al parque y pasar tiempo jugando, corriendo entre la hierba y disfrutando del aire libre. Sin embargo, cuando oscurecía, Blacky se convertía en el protector del pueblo. Era en ese momento que contaba con súper poderes, los cuales le permitían cuidar y proteger a cualquiera que estuviera en problemas.
En muchas ocasiones, libró de problemas a algunas personas de los merodeadores del pueblo, así como a vecinos de los alrededores. Blacky se enfrentaba sin temor a todo aquel que realizaba actos delictivos, como robos y peleas. No obstante, su gran amigo y compañero de aventuras desconocía de estos poderes.
Poco a poco, empezaron a preguntarse quién era este misterioso héroe que ayudaba a todos en el pueblo. Algunos intentaban describir a su pequeño Robin Hood, pero nadie podía precisar los detalles, ya que el héroe desaparecía en la sombra de la noche sin dejar rastros.
Estas noticias llegaron a los oídos de todos los vecinos y residentes del pueblo, lo que extraño mucho a Juan Miguel, ya que algunos rasgos y descripciones coincidían con las de su fiel amigo. Enseguida observó extrañado a su compañero, quien en ese momento se rascaba su lomo con la pared.
Juan Miguel se preguntaba interiormente: - ¿será Blacky, mi Blacky, el que tiene esos poderes que la gente comenta? ¡No, no puede ser!, si el solo piensa en dormir, comer y jugar en el parque -. Se sonrió, mientras seguía observando al juguetón animalito correr detrás de una hoja que se balanceaba en el aire arrastrada por el viento.
Pasaban los días y cada vez se escuchaban más relatos de personas salvadas o protegidas por el misterioso personaje, pero nadie podía saber aún de quien se trataba.
Un buen día, Juan Miguel tuvo que asistir con sus padres a una cena muy importante. Ese era un día muy especial, ya que promoverían a su padre en su trabajo. Cuando todo terminó, se dirigieron a su casa, sin saber que ese día descubrirían al misterioso héroe del pueblo. Al llegar, se dieron cuenta de que algo no estaba bien, la puerta de la casa del vecino se encontraba abierta. Con mucho temor, muy cuidadosamente se acercaron para poder averiguar que pasaba y vieron a sus vecinos amarrados en el suelo.
Sin saber qué hacer, retrocedieron suavemente para no llamar la atención de nadie, sin embargo, tropezaron con una piedra, lo que ocasiono un ruido que alertó a los malhechores. Su intento en alejarse se vio truncado y fueron atrapados también.
Pasaron los minutos y el misterioso súper héroe se acercó a la casa para ayudar a las personas que se encontraban en problemas. Para sorpresa de Juan Miguel y sus padres, se trataba nada más y nada menos de Blacky, aquel perrito cariñoso, juguetón y alegre.
El héroe entró y, al ver a sus amos y amigos en problema, se puso como una fiera y combatió a aquellos malhechores hasta que salieron huyendo de la casa, allí liberó a los vecinos y a sus amos. Atónitos y sorprendidos decidieron mantener en secreto que aquel súper héroe era su mascota y decidieron apodarlo “Blackitin”, para mantener oculta su identidad. Todos regresaron a sus casas contentos de que nada malo hubiese ocurrido.
Continuaron los días y Blackitin ayudaba a todo aquel que se encontraba en problemas, mientras que con su amigo de juego se divertía y pasaban largas horas juntos.
Fin.