LA CASA MÁGICA
Había una vez una casa mágica, en ella vivía una familia que le encantaba su vida en ella.
Las puertas hablaban y se abrían solas, la ropa sucia se lavaba solita, los platos sucios se fregaban y se guardaban, los muebles se movían y bailaban al escuchar música, las camas roncaban, las luces se prendían y apagaban solas. Entonces, esta familia se dio cuenta que su vida sería más fácil, ya que no tenían oficios que hacer en esta casa mágica.
Había más tiempo para compartir en familia, salir a pasear, ir al parque y divertirse mucho.
La familia que vivía en esta casa está conformada por un papá, una mamá y dos pequeñas niñas, una de nueve años y otra de un añito; además, tenían un perrito pequeño llamado Pepito, que pasaba más tiempo con la niña mayor, ya que sus padres trabajaban.
La casa mágica les hizo ver lo importante que era para los miembros de la familia y que hay tiempo para conversar, darse amor y cariño.
Un día la familia quería irse de viaje a Antón y le preguntaron a la casa mágica si podría transportarse con ellos; para sorpresa de todos, la casa mágica dijo que sí, pero con la condición de que pasaran mucho tiempo juntos y que no se podían separar; la familia aceptó.
En menos de un minuto, la casa mágica se teletransportó a un punto de Antón. Al salir de la casa, conocieron a una mujer que se dedicaba a la venta de pulseras y collares, con la cual comenzaron a hablar y a entablar una amistad.
La familia siguió su paseo y fueron a un pequeño supermercado a comprar comida y regresaron a la casa a cocinar. También invitaron a su nueva amiga regalándole algo de ropa, zapatos y muchas otras cosas. Después de comer y charlar, la casa mágica limpió todo y así se despidieron de su amiga, la vendedora. Ya era tarde y se fueron a dormir.
A la mañana siguiente despertaron y ya habían vuelto a su lugar de origen, cada uno pensó que era un sueño, pero era demasiada coincidencia que todos tuvieron el mismo sueño. Salieron de dudas cuando encontraron los collares que le habían comprado a su amiga la vendedora.
La familia estuvo muy contenta porque su casita mágica siempre les cumpliría sus sueños de conocer varios lugares.
Fin.