EVANGELICE
Un día, una joven despertó en un hospital viejo y maltratado. Ella se encontraba en una camilla y, por alguna razón, estaba amarrada a ella, no podía soltarse. Cuando logró hacerlo, le costaba caminar, ya que, al parecer, no lo había hecho en algún tiempo; estaba descalza y tenía frío.
El lugar estaba abandonado. Había una pequeña mesa con un pan y agua junto a la camilla y lo más extraño es que seguía fresco y el agua aún estaba fría; ella llevaba puesta una bata de hospital y le parecía raro no poder recodar nada.
Ella empezó a caminar buscando una salida, pero cada camino estaba bloqueado, como si estuviera ahí para que nadie pudiera entrar o salir. En ese momento fue cuando halló una ventana al final de un pasillo muy largo y empezó a correr hacia ella. Al llegar, se asomó y logró ver afuera una casa de color rosa pálido; ella notó que alguien se había asomado por una de las ventanas de aquella vivienda y fue cuando comenzó a gritar lo más fuerte que podía, pero no consiguió que la escuchasen.
La persona se asomó de nuevo y la chica se asustó, corrió, tropezó y se golpeó la cabeza. Cuando despertó, la cargaba una señora de unos 50 a 60 años, parecía que la llevaba a su casa. Cuando entró, la acostó en su sofá. La joven se asustó nuevamente y le preguntó: - ¿qué hago aquí?; a lo que ella le respondió: - bueno, no creo que quieras quedarte allá afuera con tanto frío -.
- ¿Cómo logró sacarme de aquel lugar?, todas las salidas estaban bloqueadas -, preguntó la joven.
- Hice un hoyo en la pared, por ahí te saque –
Esa mujer era bastante gentil y, al parecer, incapaz de hacerle algo malo; ella supuso que solo quería ayudarla.
La mujer mayor le contó todo sobre su pasado y lo que le había ocurrido. La anciana le dijo que ella era su abuela, Elizabeth Rose, y también que su nombre era Evangelice Rose, que creció en las afueras de una remota ciudad, en una cabaña en la montaña, y que, cuando tenía tres años, su padre, Esteban Rose, las abandonó a ella y a su madre Estefany.
- Cuando cumpliste 15 años, tu mamá la obligó a subir al auto, en el cual tuvieron un accidente; Estefany no sobrevivió. Luego, unos científicos te encontraron y usaron para un experimento; al parecer, no eras una niña normal, tenías un don que te hacía especial -, continuó contándole la mujer.
No le dijo quién era su padre, solo que se había ido para protegerla, para que ella pudiera tener una infancia normal.
Evangelice salió corriendo, pero su abuela la alcanzó.
- Cuando por fin iban a descubrir tu don, hubo un corto circuito y todo explotó; los científicos no sobrevivieron, pero tú sí; nunca se explicaron porque -, terminó de contar la señora.
Pasaron las semanas y cada día seguía recordando cosas sobre su pasado.
Un día, su abuela le dio un mapa y le dijo que lo usara para encontrar a su padre, quien estaba en un búnker bajo tierra.
El mapa la llevó al pueblo remoto donde había crecido, a la cabaña de sus padres. Cuando entró en la casa, todo estaba lleno de enredaderas. En el suelo había una escotilla, la cual abrió y encontró a su padre. Hablaron por un rato largo y este le dijo cuál era su don, la capacidad sobrevivir a cualquier cosa. Luego, regresaron a casa de su abuela y vivieron felices para siempre.
Fin