EL AMOR DE UNA MADRE
En un pueblito no muy lejano llamado Tierra de Nadie, vivía una señora llamada Sonia junto a su hermosa familia. La señora Sonia tenía dos hijos, la menor de cinco años se llamaba Sophía y el hijo mayor de 20 años, Moisés. Antonio era su esposo.
Todo iba bien, ya que el señor Antonio trabajaba, pero, un día, la situación empezó a empeorar. Todo subía de precio y al señor Antonio lo despidieron del trabajo por reducción de personal.
El padre de Moisés salió a buscar trabajo y le dijo a este que cuidara la casa, a su madre y a su hermana, ya que era el mayor y, por esto, debía hacerse cargo hasta que él regresara.
La señora Sonia guardaba un gran secreto, ella estaba gravemente enferma y moriría pronto. Ella nunca dijo nada para evitarle el sufrimiento a su familia; pensaba aguantar hasta lo último y así soslayar el gran dolor en sus seres queridos.
Un día, la madre se fue a lavar al río, ya que le habían cortado el servicio de agua, y se desmayó. La hija gritó:
- ¡Mamá, mamá! ¿qué te pasó? ¡Corre Moises, mi mamá se desmayó! –
Al escuchar los gritos de su hermana, Moisés corrió lo más rápido posible, abrazó a su mamá y la cargó para llevarla a casa. Al llegar a la casa y darle a oler alcohol, la madre despertó. Con lágrimas en los ojos, el joven le preguntó: - ¿qué te pasó, mamá? –
Con los ojos vidriosos, la madre les contó la triste verdad de su enfermedad, diciéndoles también que no les había dicho nada para evitarle un sufrimiento a toda la familia.
Allí Moisés entendió que el amor de una madre supera todos los obstáculos de la vida y que estas aguantan todo por la felicidad de sus hijos.
Por eso les comparto este mensaje de la Biblia:
1° de Corintios, capítulo 13: 4 – 7
El amor es sufrido, es benigno, el amor no tiene envidia, el amor no es jactancioso, no se envanece, el amor no hace nada indebido, no busca lo suyo, no se irrita, no guarda rencor, todo lo sufre, todo lo cree y todo lo soporta. Amén
¡Que Dios Bendiga siempre el amor de una madre!
Fin.