EL NIÑO HECHIZADO
Había una vez, un niño llamado Miguel que tenía nueve años y una niña llamada Laura de trece. Sus padres eran Pedro, de cuarenta y cuatro años, y Angélica de cuarenta y tres años.
Un día, Pedro y Angélica mandaron a Miguel y Laura a buscar agua. El niño salió corriendo hacia el bosque y la pequeña lo siguió. Ambos se perdieron en el camino y encontraron la casa de una bruja llamada Babayaga.
Miguel y Laura entraron a la casa y la bruja Babayaga le lanzó un hechizo al pequeño, convirtiéndolo en una cabra. Los dos lograron escapar y, tratando de regresar a casa, encontraron a Juan, el leñador. La niña le dijo: - nos hemos perdido y mi hermano fue hechizado por la bruja Babayaga -, a lo que Juan le respondió: - vayan por este camino; tienen que pasar por un pantano, una montaña muy alta y un sendero de espinas -.
Los hermanos comenzaron a caminar. Primero se encontraron el pantano lleno de cocodrilos. Laura se acercó a uno de ellos, llamado Jonatán, y le preguntó: - ¿podemos saltar encima de ustedes? -, y Jonatán le respondió: - sí, por supuesto -. Todos los cocodrilos se formaron y los niños lograron pasar caminando sobre ellos. Laura agradeció a Jonatán y a sus amigos. – De nada -, contestaron estos.
Siguieron caminando y se encontraron la montaña. Preso por su instinto de cabra, Miguel salió corriendo para escalarla y la hermana lo siguió, lo bajó y continuaron hacia el bosque de espinas.
Cuando llegaron, notaron que el camino de espinas era muy enredado, pero se encontraron con una espada con la cual fueron cortando cada ramo de espinas. Al final del sendero, se toparon con un gigante que era bueno y los llevó en la espalda hacia el bosque de las hadas.
Mientras se acercaban a su destino, escuchaban una música hermosa cada vez más fuerte. Cuando llegaron, era una fiesta. Miguel y Laura, luego de ser invitados a unirse a la celebración, empezaron a bailar y, luego, siguieron su camino.
- Hay unas hadas, las cuales viven en capullos, que romperán el hechizo y te enseñaran el camino a casa -, dijo el gigante. Miguel y Laura siguieron por el camino.
Hallaron al hada Duviduvi, quien rompió el hechizo y les enseñó el camino de regreso.
Todos vivieron felices para siempre.
Fin.