LA CHICA DEL CABELLO OSCURO
Elizabeth era una chica muy tímida; nunca hablaba con nadie y siempre se la pasaba aislada de todo y todos, pero eso cambió cuando menos se lo esperaba.
Un día, ella paseaba por las calles de su ciudad un viernes por la noche; iba distraída caminando por la carretera. Unas luces la cegaron de pronto y, al abrir de nuevo sus ojos, notó que un camión se le acerca demasiado rápido. No tuvo tiempo a reaccionar cuando, de pronto, unas manos la rodearon y la empujaron hacia el otro lado, mientras esa persona le gritaba: - ¡Cuidado! -.
Elizabeth cayó al suelo rodando y es ahí cuando se dio cuenta de que un chico la había empujado, para evitar que la arrollasen y así salvarle la vida.
El chico se despidió rápidamente y se fue corriendo, pero no tan rápido como para que Elizabeth no se diera cuenta de quién era.
George, el chico que la salvó de ser atropellada, después de salir corriendo, se dio cuenta de lo que había hecho, salvarle la vida a la chica de la cual siempre estuvo enamorado, pero nunca supo cómo hablarle, o tan siquiera preguntarle su nombre. El joven se sentía extremadamente contento porque la chica de sus sueños, la chica del cabello oscuro, lo había mirado.
Desde ese día, Elizabeth quiso conocer a ese chico y agradecerle por salvarle la vida. La chica estuvo buscando la manera de encontrarlo, pero era como si se hubiera esfumado de la faz de la tierra.
Tiempo después, al de salir del colegio, Elizabeth notó a lo lejos la cabellera rubia que tanto había estado anhelando encontrar.
George estaba cruzando la calle cuando, de repente, escuchó a alguien gritar a sus espaldas: - ¡Hey, tú!, ¡rubio! -. Él dio media vuelta y vio a su chica de ensueño.
Elizabeth le dio las gracias por haberle salvado la vida. George sonrió. El momento fue maravilloso.
La chica percibió la extraña actitud de George al estar junto a ella y arrugó levemente su frente, ladeando la cabeza al preguntarle: - ¿qué pasó? -.
George niega con su cabeza rápidamente y su sonrisa disminuye: - fue un honor salvar a una damisela en apuros -, respondió y volvió a sonreír.
Elizabeth soltó una sonora carcajada y se despidió agitando su mano.
- ¡Espera!, ¿cuál es tu nombre? -, preguntó George con intriga, a lo que la chica respondió: - La chica del cabello oscuro -.
Fin.