EL SUEÑO DE MIKE
En una familia con recursos muy limitados vivía un niño llamado Mike. Este tenía un gran sueño, el cual era poseer una bicicleta maravillosa que fuese original. Él se la imaginaba con un caballo cromado, un timón de lujo, unos rines que brillaran y unas llantas de color azul, pero, por su condición humilde, su familia no podía comprársela.
Una tarde, Mike estaba sentado en el risco de una montaña viendo el ocaso, imaginándose todas las cosas que él deseaba, pero, como era muy pobre, no las podía tener.
Viéndolo afligido, su madre se le acercó silenciosamente y postró sus manos suaves sobre su cabello, dejándolas deslizar delicadamente sobre sus mejillas y comenzó a secar las lágrimas de tristeza de su hijo. Mike le contó el porqué lloraba y a la madre se le ocurrió un plan genial.
Ella trabajaba en una gran ferretería donde gozaba de mucha simpatía con todos sus clientes. Uno de estos le donó un gran timón para bicicleta. Al día siguiente, otro cliente se le acercó y le dijo: - ¿Sabes algo?, tengo unos rines de color dorado que no he podido vender; si quieres, podría obsequiártelos -. Un día después, se le acercó un proveedor con unas llantas azules que le habían obsequiado y él decidió dárselas. De esta manera, todas las semanas, diferentes personas le fueron aportando una pieza de la bicicleta que Mike quería. La madre guardaba este gran secreto para darle la sorpresa a su pequeño.
Una vez reunidas todas las piezas, la madre conversó con el padre de Mike para que le ayudara a armar la gran bicicleta. Este era un gran hombre que trabajaba la jardinería y le daba servicio gratuito a cada persona que les donó una pieza para la bicicleta. La madre de Mike era una mujer con devoción, creyente en Dios y con mucha fe en sus propias oraciones.
Llegó la navidad, Mike se encontraba dormido y no fue hasta el día siguiente que, al despertar, el pequeño niño caminó hacia su árbol de navidad y vio su gran regalo, su sueño hecho realidad. En ese momento tenía una mezcla de sentimientos; asombro, incredulidad y emoción llenaban su corazón; no podía creer lo que sus ojos presenciaban. Él sabía que, con gran esfuerzo, su madre y su padre le dieron el regalo que tanto deseaba.
Aquel día fue muy feliz y Mike compartió sus regalos con todos sus amigos.
Actualmente, Mike es un gran y exitoso hombre de negocios, pero siempre recuerda esa hermosa navidad, por lo que todos los años se encarga de regalar miles de bicicleta a los niños que no tienen la posibilidad de comprar una.
Fin.