LA TIERRA MÁGICA

Había una vez, un bosque inmenso lleno de mucho verdor, flores muy coloridas y con exquisitos aromas, ríos como espejos y un hermoso arcoíris que atravesaba una cascada de agua cristalina. A este maravilloso lugar lo llamaban La Tierra Mágica.

Allí vivían seres especiales que eran muy amigos y convivían en armonía en este hermoso y tranquilo bosque. Los unicornios y centauros eran criaturas fuertes que ayudaban con los trabajos pesados en el bosque; los grifos y los pegasos volaban por los cielos para cuidar a todos los habitantes; las sirenas entonaban cantos que alegraban las cálidas aguas de Tierra Mágica; los elfos y las hadas eran seres de gran belleza que protegían la naturaleza de los bosques.

Un día, llegaron nuevos vecinos al bosque, pero eran muy ruidosos, creando molestia y perturbando la paz entre todos los habitantes de Tierra Mágica.

Una mañana, los habitantes vieron salir mucho humo del bosque y comenzaron a culparse unos con otros; los centauros culpaban a los grifos y pegasos alegando que, mientras ellos volaban, se distraían y no estaban cuidando bien del bosque; las sirenas se molestaron con los unicornios y las hadas porque tomaban el agua sin permiso, provocando que ellas se alejaran hacia otras aguas alejadas, en un lugar llamado Villa de los Sueños, pero lo que no sabían las sirenas era que ellos usaban el agua para apagar el incendio en el bosque.

Después de tantas discusiones y problemas, los vecinos se reunieron y decidieron visitar a los nuevos habitantes para saber qué tipos de criaturas habían llegado a perturbar su tranquilo bosque. Para su sorpresa, se trataba de dragones, que no eran seres malos, sino que, por su naturaleza, eran criaturas muy grandes que, al caminar, producían ruidos estruendosos y que intimidaban por sus enormes dientes. También descubrieron que habían tres pequeños, traviesos y risueños dragones a quienes llamaban Tiyi, Dixy y Sacks; ellos jugaban tirándose fuego unos a los otros y eran los que habían provocado el incendio en el bosque. Ese día, los habitantes de Tierra Mágica comprendieron que ellos se habían culpado unos a otros y enemistados injustamente por juzgar antes de preguntar.

Un mes después, estando en Villas de los Sueños, las sirenas recordaron a sus viejos amigos y decidieron regresar a Tierra Mágica y, finalmente, todos aprendieron a convivir pacíficamente y siguieron siendo los mejores amigos felices para siempre.

Fin.

Moraleja: Evita juzgar y hacer prejuicios de las personas sin conocerlas.