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Manuel E. Bernal Castillo – 4to Grado

LA VIDA NO ES UN VIDEOJUEGO


La Vida no es un Videojuego - Lecturas Ferrini Panamá

Había una vez, tres amigos llamados Ernesto, Yajad y Aron. A ellos les apasionaba jugar videojuegos, en los cuales eran muy buenos. En su escuela nadie los superaba, siempre ganaban los concursos en los que se inscribían.


Revisando sus redes sociales, uno de ellos se enteró de que había un concurso de videojuegos en otro país. Enseguida llamó a sus otros amigos y les contó la novedad; juntos decidieron hablar con sus padres para que les dieran permiso de concursar, los cuales aceptaron.


Viajaron al país de los videojuegos, donde participaron en el concurso, al cual acudieron un sinnúmero de contendientes de muchos otros países. La competencia fue por varios días, en los cuales iban eliminando a los menos hábiles.


Pasaron los días y los tres amigos tenían más seguidores; sus redes sociales iban en aumento, se hacían más famosos porque jugaban muy bien y a ninguno de los tres los habían eliminado.


Llegaron a la semifinal, ¡increíble! Los tres amigos clasificaron junto con otros concursantes. El día de la gran final sucedió un lamentable hecho, en medio del concurso, el videojuego de ellos explotó y perdieron la competencia.


Regresaron a sus casas muy tristes y todos sus amigos se burlaban de ellos. Al pasar los días, dejaron de ser famosos.


Pasaron varios meses y ninguno de los tres tocaba un videojuego; ellos decidieron no jugar más porque habían perdido el concurso.


Tiempo después, terminaron la escuela y llegaron las vacaciones, pero ninguno de los tres amigos salía a jugar, cada uno se quedaba en su casa por temor a las burlas de los demás.


Un día, llegó un niño nuevo llamado Yoxan y observó que su vecino, Ernesto, se la pasaba mirando por la ventana, observando a los otros niños jugar. Decidió acercase a su casa y le preguntó: - ¿por qué no sales a jugar? -, a lo que él le contestó: - no quiero salir, ya que se burlarán de mí -.


- ¿Por qué se burlarán?, déjame entrar a tu casa y cuéntame, quiero ser tu amigo, dime qué te pasa -, dijo Yoxan.


Ernesto le contó lo que había pasado y Yoxan le dijo que no se preocupara, que habían pasado varios meses y que no creía que se acordasen de ese hecho. - Preséntame a tus otros amigos, soy nuevo en el vecindario y quiero hacer amigos -, le pidió. Ernesto escuchó con atención lo que el niño nuevo le dijo y le contestó: - es verdad, voy a salir de mi casa; son las vacaciones y tengo que divertirme -.


Se fueron a la casa de Yajad y de Aron. Ernesto les presentó a su nuevo vecino y les pidió a sus viejos amigos dejar el pasado atrás. - Vamos a salir; la vida no se acabó con esa derrota, vendrán otras oportunidades; somos muy buenos en eso, así que podremos ganar otros concursos -, afirmó Ernesto.


Los cuatro niños salieron a jugar, manejaron bicicleta y patinetas, jugaron fútbol y béisbol, fueron al parque y a la playa, disfrutaron de incontables partidas de juegos de mesa… hicieron cualquier cantidad de cosas en las vacaciones, menos jugar videojuegos.


Un día en la tarde, debajo de un árbol donde veían llegar el atardecer, conversando se dieron cuenta de que se divirtieron y fueron muy felices en las vacaciones.


Hay tantas cosas que hacer, somos niños, aprovechemos cada momento.


Fin.

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